lunes, 30 de mayo de 2016

¿COMO ARRUINAR EL BUEN SEXO?

Algunos dicen que es pecado, otros no están muy seguros. Pero tú sabes que puede arruinar tu vida sexual.

LA MASTURBACIÓN

Quizás no fue el tema del sermón de tu pastor del domingo pasado y muy probablemente tu padre nunca te hablo del tema mientras crecías. En el colegio poco se habla del tema y aunque muchos lo hacen, cuando alguien es descubierto haciéndolo se convierte en el estigma y la burla de todos. Es un tema difícil para muchos hombres y una adicción para un gran porcentaje.

Algunos incluso se preguntan si no es mejor masturbarse para satisfacer los deseos sexuales en lugar de una forma más clara de pecado sexual como la fornicación o el adulterio.

Uno de los desafíos para resolver estas preguntas es que el mundo secular ha estado muy ocupado haciendo lucir la masturbación como una cosa normal y disipando las consecuencias negativas, (aunque no es verdad que te va a dejar ciego). Muchos han ido al psicólogo o a su pastor para hablar de sus hábitos de masturbación y lo que han escuchado ha sido: “¡No te preocupes por eso! ¡Eso es normal!” Es cierto que la experiencia de masturbarse es muy común. Aun los bebes se tocan a sí mismos y experimentan cierto placer. Muchos adolescentes encuentran esta experiencia nuevamente llegando al orgasmo y sienten placer y miedo al mismo tiempo. En ese momento esto  es  una curiosidad normal.

El desafío más grande al responder preguntas sobre la masturbación es que la Biblia no menciona la palabra directamente. Pero hay algunas cosas que debemos tener en mente.
Mientras que la Biblia no es clara sobre la masturbación, si es clara sobre la fantasía lujuriosa. En Mateo 5:27-28 Jesús enseña que el pensar en una mujer con lujuria es adulterio. Si estas buscando justificar la masturbación, vas a tener que preguntarte en lo que piensas cuando lo haces. Alcanzar el orgasmo mientras piensas en alguien con quien no estás casado es, de acuerdo con Jesús, adulterio. Pensar en algún escenario sexual y alcanzar el orgasmo a esos pensamientos  condiciona lo que puede ser  tu sexualidad. Esto es peligroso ya que establece expectativas irreales en lo que el sexo con tu esposa o futura esposa debería ser.

Otro punto a considerar es el hecho de que masturbarse lleva a cierta forma de tolerancia. El efecto de la tolerancia significa que entre más haces algo mas vas a tener que hacerlo para alcanzar en mismo efecto. Un drogadicto al comienzo solo necesita una pequeña dosis para alcanzar placer, pero con las semanas, los meses o los años va a necesitar dosis más grandes o drogas más fuertes para experimentar el mismo placer.

Los pensamientos sexuales causan una reacción química en el cerebro. Eso es lo que hace a nuestros cuerpos reaccionar para tener relaciones sexuales y los sentimientos placenteros que llegan con ello. Fantasear sobre el sexo y alcanzar el orgasmo a través de la masturbación crea esta reacción química. Entre más te masturbes mas tolerancia se produce y vas a tener que hacerlo más frecuentemente para obtener los mismos efectos. El efecto de la tolerancia puede hacer que la fantasía sexual envuelta en el masturbarte necesite volverse más emocionante, mas provocativa y más peligrosa. Puede ser que tus propias fantasías sexuales se conviertan en algo más elaborado incluyendo nuevas clases de actividades sexuales y el cambio constante de compañeros sexuales imaginarios.

La mayoría de las veces que alguien se masturba lo hace acompañado de pornografía. Esta es probablemente la forma más fácil de excitarse cuando se está solo, pero también es la forma más fácil como una persona se convierte en adicto a la pornografía. Cuando una fuerza tan poderosa como la pornografía se une a la masturbación, las garras de la pornografía te atrapan más fuerte. Así que en lugar de preguntarnos si la masturbación es un pecado, quizás deberíamos preguntarnos si hay algo más profundo en nuestras vidas que nos lleva a usar la pornografía y la masturbación como una forma de medicarnos. Una buena pregunta seria ¿Por qué necesitamos usar estas cosas?

Quizás te has dado cuenta que las veces en que sientes deseos de masturbarte son esos momentos cuanto te sientes solo, cansado, disgustado, asustado o estresado. Cuando usamos la masturbación como una forma de escape para estos sentimientos, estamos negándonos a la oportunidad de que maduremos y reaccionemos a las situaciones de la vida en una forma apropiada.

Alcanzar el orgasmo mediante unos minutos de masturbación te puede llevar a graves problemas fisiológicos como la eyaculación precoz, un conteo más bajo de esperma,  sueños húmedos y a perder rápidamente la erección. 

Si estas buscando acabar  con la masturbación recuerda  que no estás solo en esta batalla. Tu lucha es algo que muchos hemos experimentado. Nada nos puede separar del amor de Dios. Encuentra compañerismo con otros hombres con quienes puedas ser honesto acerca de tus sentimientos y tus comportamientos.  El ser honesto es el primer paso para la sanidad. Cuando sueltas una carga en una conversación, estás dando el primer paso hacia la libertad de tu adicción. Compartir abiertamente disuelve la vergüenza de lo que hemos hecho, y así es como podemos llegar a la raíz de las cosas.

Comenzar un dialogo también te ayuda a descubrir tus patrones de comportamiento, razones y racionalizaciones para tus hábitos. Sin rendir cuentas a otra persona es muy fácil hacer estas cosas a un lado. Pero al mirar a alguien a los ojos, alguien que tiene la autoridad para decirnos la verdad, trae a nuestra vida una tremenda claridad del porque estamos enredados en estos ciclos de comportamientos destructivos.

Más aun, cuando logras traer un hábito destructivo hacia la luz, inmediatamente pierde su poder y su seducción. Comienzas a ver el hábito por lo que realmente es. Puedes ver como no estás girando solo en la oscuridad. Encuentra por lo menos una persona a quien puedas confiarle todo acerca de ti. Se siente muy natural el esconder nuestras luchas en orden de parecer que somos perfectos. Pero mientras mantengas tu basura escondida, esta continua descomponiéndose, continúa controlándote y atormentándote hasta que te enfrentes a ella. Dios nos ha dado un plan para traigamos toda esa basura a la luz: “Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados” (Santiago 5:16). Este es un plan simple, pero no significa que sea fácil.

Hablemos del tema, escribenos a integridadonline@gmail.com

Diego Bedoya

Ministerio Integridad Online

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