¿Quieres tener una gran vida sexual por
20-30-50 años de matrimonio? Aquí tienes algunos principios que afectarán los
resultados finales.
Juan y María fueron novios y estaban seguros
que se dirigían hacia un matrimonio feliz ya que estaban muy enamorados. El
afecto pronto se volvió en caricias prolongadas y eventualmente en relaciones
sexuales frecuentes antes del matrimonio. Ambos sabían que esto violaba lo que
dice Dios en su Palabra (1 Tesalonicenses 4:1-8) y se sentían
avergonzados. Ellos trataron de recuperar el autocontrol y evitar la fornicación,
pero continuaban fracasando. Ninguno sabía cómo detenerse, y empezaron a
culparse mutuamente. Las peleas empeoraron hasta que finalmente terminaron su
relación, ambos devastados y sintiendo que su vida y ministerio habían sido
arruinados para siempre.
Derrotado, Juan llego primero en busca de
ayuda. No entendía como algo que había comenzado tan bien pudo terminar tan
mal. María tardo un poco más en pedir ayuda pues llevaba una pesada carga de
culpa y vergüenza. Ella había usado anticonceptivos para evitar un embarazo,
pero había tenido un aborto y ni siquiera le había contado a Juan por temor a
perder su reputación. Juan y María eventualmente reiniciaron su noviazgo, pero
tendrían que trabajar duramente en todo el “equipaje” que llevaban a cuestas
antes de que pudieran tener el matrimonio feliz con el que habían soñado en la
adolescencia. ¡Todo este dolor se pudo haber evitado tan solo con seguir el diseño de Dios para su relación
de noviazgo y matrimonio!
EL DESCONOCIMIENTO DE LA
SEXUALIDAD BÍBLICA
El sexo fue idea de Dios desde la creación (Génesis 2:23-24),
y es bueno. A lo largo de la Biblia, la pureza sexual (un hombre y una mujer
para toda la vida, renunciando a todos los demás) es el plan de Dios. Sin
embargo, nuestra cultura ha ignorado este estándar. En cambio, muchos ven al
sexo como algo recreacional, algo para ser disfrutado casualmente con cualquier
participante dispuesto, sin tener nada que ver con una relación sellada por un
pacto o contrato matrimonial.
El plan de Dios incluye un pacto de
matrimonio con el compromiso permanente de amar, servir, honrar, proteger y
proveer para las necesidades del otro en todas las formas posibles.
Culturalmente la convivencia de parejas antes del matrimonio se ha vuelto
aceptable. Sin embargo, estadísticamente hablando, un porcentaje mucho más alto
de parejas que cohabitaron terminan en divorcio, que las parejas que esperaron
hasta casarse para tener sexo y convivir.
Susana y William venían de familias
progresistas que les animaron a ser independientes y avanzar en sus carreras.
Cuando se fueron a vivir juntos fue celebrado como un acto de madurez. Ellos
tenían una excitante carrera y una vida amorosa. Luego, con un hijo en camino,
decidieron dar el siguiente paso y casarse.
Fue entonces cuando los problemas comenzaron.
William se quejaba de que Susana ya no era divertida. Susana se quejaba de que
William no estaba tomando seriamente su rol como padre y esposo, el aun quería pasar
mucho tiempo afuera con sus amigos. Muy pronto, William estaría pasando tiempo
en los bares en lugar de ayudar a Susana con la bebe, y luego conoció a alguien
más que trajo nuevamente emoción a su vida. El dejo a Susana y a su hija por
otra mujer.
Susana estaba devastada, pero llego a ver
cómo Dios uso el divorcio para traerla a Cristo. Ella llego a entender como las
bases establecidas en la convivencia antes del matrimonio no fueron lo suficientemente
fuertes para soportar las tormentas del matrimonio y la paternidad. (1 Corintios 6:9-20). Después de años de crecimiento y sanidad Susana esta ahora
casada con un hombre temeroso de Dios y tiene un matrimonio solido y
satisfactorio.
FALTA DE AUTOCONTROL
Los jóvenes son continuamente advertidos en
Proverbios de evitar los malos amigos (Proverbios 1:10; 13:20)
Pasar tiempo con la gente equivocada corrompe las buenas costumbres (1 Corintios15:33). La presencia de malas compañías fomenta un estilo de vida
sin restricciones. Algunas caídas de la juventud dan comienzo a comportamientos
que de continuar pueden impedir un matrimonio feliz o una vida sexual
satisfactoria en el futuro. Las malas compañías animan esta clase de
comportamientos.
Los electrónicos modernos han facilitado el
acceso a la pornografía. Aquel que pasa horas viendo pornografía no está
pensando en su futuro, pero está poniendo imágenes en su mente
muy difíciles de ignorar. La falta de control en lo que miramos (Job 31:1) puede ser el inicio de una caída lenta en un
espiral de degradación. La Palabra de Dios nos llama a capturar todo
pensamiento a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5; Filipenses 4:8).
La masturbación es
una falta de control que frecuentemente comienza en la adolescencia, pero
conlleva efectos devastadores en el matrimonio. El plan de Dios para el sexo es
la satisfacción mutua en el matrimonio, pero la masturbación establece un
comportamiento egoísta que disminuye la satisfacción sexual de uno o de ambos.
En lugar de la gratificación inmediata, Dios nos enseña que la paciencia y el
autocontrol mejoran el sexo en el matrimonio. El cuerpo pertenece al Señor (1 Corintios6:19-20) y al cónyuge (1 Corintios 7:2-5), por lo que la
masturbación no tiene ninguna parte en una vida que honre a Dios.
¡HAY ESPERANZA!
El autocontrol (dominio propio) es un fruto
del Espíritu Santo (Gálatas 5:19-24) y puede ser madurado al negarse
a sí mismo y aprendiendo a obedecer la Palabra de Dios: “Por lo tanto, amados hermanos,
les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de
ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le
agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas ni las costumbres de este
mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles
la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para
ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2).
Comportamientos aprendidos en la juventud pueden ser difíciles de romper, pero
por la gracia de Dios, cualquiera que lo desee puede aprender a dejar los
comportamientos de la vieja vida y a poner en práctica la obediencia a la
voluntad de Dios a través del arrepentimiento genuino, la santificación y la
disciplina.
No tienes que vivir esta vida solo,
Jesucristo ha prometido completar la buena obra que comenzó en tu vida hace
muchos años. “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra
en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que
Cristo Jesús vuelva“. (Filipenses 1:6).
Si estas buscando ayuda para vivir una vida
integra y romper con los ciclos adictivos del pecado sexual puedes escribirnos
a integridadonline@gmail.com
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