martes, 6 de diciembre de 2011

APRENDIENDO A VIVIR MÁS ALLÁ DE LAS APARIENCIAS


Pongámoslo de esta forma, preferirías que nadie supiera del problema que tienes. Tener una adicción a la pornografía es algo que usualmente nadie anuncia públicamente (o incluso admite a sí mismo). Es por eso que la adicción a la pornografía es llamada “el pecado secreto”, y la mayoría de las personas lo mantienen en secreto. Yo lo sé porque por muchos años lo mantuve en secreto.

Nunca quise que nadie se enterara, y las razones eran una mezcla de orgullo y miedo. No quería que la gente me viera de forma diferente. Tenía miedo de lo que pudieran pensar. Tenía miedo de perder a mis amistades. Tenía una imagen que mantener, una imagen que yo quería que la gente tuviera de mi, y si ellos hubiesen sabido lo que realmente ocurría conmigo en mi interior, creo que ellos hubieran cambiado.

Los hombres necesitamos cada onza de fuerza disponible para luchar contra el poder seductor de la pornografía. Una actitud tranquila y relajada al respecto puede ser mortal. La pornografía no es algo trivial. No es un rito en el que el muchacho se convierte en hombre o una actividad aceptable para mostrar la verdadera masculinidad. La pornografía es un pecado que arruina nuestras relaciones con Dios y con el resto de la humanidad.  Hace casi 2000 años Santiago escribió estas palabras: "Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte" (Santiago 1:15).


Si realmente quieres cambiar, tienes que superar el orgullo y el miedo que te detienen para buscar ayuda de otros. Por supuesto que hay algunos a quienes no les importa cambiar y no desean dar este paso, pero si tu realmente quieres romper la adicción, entonces las apariencias ante otros no debe ser tu prioridad. Es mucho más que apariencias, se trata  de VIVIR, de vivir la vida que Dios quiere que vivas, en libertad, con alegría de vivir y con autenticidad. Dios quiere que seamos capaces mantener una relación cercana y amorosa con él y con otras personas. ¿Cuándo fue la última vez sentiste que podías ser sincero con Dios, con tus amigos y con tu familia?

¿Qué sentido tiene vivir de apariencias? ¿Lucir de una forma ante tus amistades y la gente que te rodea, y al mismo tiempo ser completamente diferente en tu interior? Si. Es cierto, quizás podamos engañar a la gente por algún tiempo, pero al final, somos nosotros los que perdemos.

Al final del día tienes que preguntarte que es más importante para ti. ¿Es tu apariencia? ¿Es la imagen que tratas de mantener? ¿O es el cambio verdadero y una vida plena? 

La pornografía te lleva a hacer cosas que nunca pensaste qué harías. El pecado te lleva más allá de donde quieres ir. Te mantiene más tiempo del que quieres estar y te cuesta más de lo que quieres pagar.

En este ministerio de Integridad Online estamos dispuestos a ayudarte y escucharte. Queremos que tomes los pasos necesarios para romper el ciclo adictivo de la pornografía y el pecado sexual. Ofrecemos consejería gratuita y un curso a través del Internet que te ayudará a romper tu adicción. No hay cadena que Jesucristo no pueda romper. Escríbenos un correo privado y confidencial a integridadonline@gmail.com


Diego Bedoya

sábado, 12 de noviembre de 2011

LA LUCHA CON EL PECADO Y EL CAMINO DE SALIDA

El hombre atado al pecado sexual tiene esperanza por medio del poder transformador de Jesucristo. El puede liberar a todos los adictos de su cautiverio. Cuando el hombre establece en su vida los principios de la verdad de Dios, la justicia divina, la fe y así sucesivamente, entonces crecerá en espíritu y tendrá el poder de resistir las tentaciones que le son atractivas a su naturaleza pecaminosa. La verdadera victoria del cristiano depende de cuán dispuesto está a dejar que Dios lo cambie a fondo. Ocurre como en el deporte, donde un atleta llega a ser una estrella solo por medio de un entrenamiento eficaz y constante. De la misma forma, el creyente llega a ser victorioso permitiendo que Dios lo conduzca hacia la madurez de su carácter.

La respuesta para los creyentes en Cristo es que Dios cambia a las personas desde adentro hacia afuera. Este cambio ocurre cuando la persona admite la necesidad de cambiar e inicia una batalla contra su comportamiento pecaminoso, experimentando un genuino rechazo a ese estilo de vida. Tal transformación no solo implica renunciar al pecado. Es mucho más profunda que solo abstenerse. Es necesaria una remoción profunda y radical de todo su mundo interior, a fin de que Dios lleve a la persona al lugar donde sea capaz de desechar los ídolos de su vida. La persona ha alimentado y protegido su ídolo en el curso de los años porque  lo adora y lo desea. La obra de Dios consiste en llevarlo de forma gradual al lugar donde ya no lo desee.

Es necesario que haya una guerra antes de que la persona odie su pecado. Un nuevo rey debe ser elevado al trono. El antiguo reino bajo la soberanía de uno mismo debe ser derrotado. La persona que se convierte en un seguidor de Cristo y trata de mantener el control de su vida no se ha sometido al  señorío de Jesucristo. Y todo lo que esta persona puede hacer es tratar de abstenerse de su vicio dominante. Por otro lado, el hombre que ha permitido que Dios eche abajo el dominio que tiene sobre sí mismo, posee una nueva riqueza de valores infundidos en su ser. Esto es a lo que se refería Pablo cuando dijoDe modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17)
El dio una versión más completa de lo que significaba cuando escribió a la iglesia de Éfeso: Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:17-24).

Todo ser humano posee un sentido innato de autodeterminación y de autosuficiencia. Cuando una persona se convierte en seguidor de Cristo, se ha colocado inevitablemente en un camino en el que chocara con la voluntad de Dios, sin que importe la gravedad de su pecado. En efecto, la entrada misma al reino de Dios se fundamenta en que la persona vea que su forma de vida ha estado equivocada y que por lo tanto debe ser cambiada. El término bíblico que se utiliza para describir la solución a este problema se llama ARREPENTIMIENTO.

 Muchos suponen que cuando al principio se convirtieron en cristianos experimentaron el arrepentimiento y que ahora pueden dirigirse hacia cosas más importantes de la vida cristiana. Para muchos, la experiencia de la conversión inicial no solo es en sí muy débil, sino que es apenas la primera de una serie de tales encuentros con Dios a lo largo de toda la vida. Mucho de la naturaleza humana caída necesita ser cambiado. Dios no anda buscando más gente que sepa como aparentar ser religiosa o que hable de lo más novedoso de lo “cristiano”. El anda buscando cómo transformarnos desde adentro para que podamos llevar la imagen de Jesucristo al mundo sin salvación.



Entonces el verdadero arrepentimiento es mucho más que alinearnos con la religión cristiana. Es experimentar un cambio en la manera como uno piensa. Es absurdo que una persona piense que puede “arrepentirse” de cualquier pecado y que sin embargo rehúse cambiar su forma de pensar. El arrepentimiento espiritual es una experiencia por medio de la cual se altera la voluntad de una persona con el propósito expreso de ponerla en línea con la voluntad de Dios. Jesús lo confirma cuando dice: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

La persona que desea vivir una vida de obediencia, pero que de continuo falla, debe atender el problema que tiene con su voluntad. El hombre en pecado sexual hace lo que le place, comete actos de pecado sexual porque los disfruta. Pablo afirma en 1 Tesalonicenses 4:3-5: “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios”.

Si estas luchando con el pecado sexual en tu vida y deseas recibir ayuda puedes contactarnos aintegridadonline@gmail.com  
El camino a la libertad del pecado empieza cuando hablamos con alguien sobre eso que hemos mantenido en la oscuridad. Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho” (Santiago 5:16).

Adaptado del libro “En el altar de la Idolatría Sexual” de Steve Gallagher.

martes, 30 de agosto de 2011

SEIS MENTIRAS QUE LA PORNOGRAFÍA LES DICE A LAS MUJERES

No cabe duda que la pornografía se ha convertido en una tendencia predominante  en nuestra cultura, con su mal olor detectado casi en todas partes. Se puede decir sin lugar a duda que la pornografía es uno de los brebajes engañosos preparados por Satanás, el "padre de todas las mentiras". Las mujeres que se someten a la pornografía están  permitiendo que  sus perspectivas y sus corazones estén siendo influenciados por al menos una media docena de  premisas falsas que se transmiten a través del porno.

Mentira # 1: "mi valor como persona depende de mí atracción sexual".
Entre más una  joven mira pornografía, más esta falsedad se afianzará en su pensamiento. Ella  constantemente se estará comparando son  las demás. Si es delgada,  lamentará el hecho de que ella no es más voluptuosa. Si tiene una figura completa,  deseará que fuera delgada. Los demonios  utilizan esta mentira para atormentar constantemente a las mujeres. La verdad es que su valor es en su vida con Dios. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.” (Salmos 139:13-14)

Mentira # 2: "El sexo es lo más importante en la vida".  
Este es el tema predominante tejido a través de cada escena de  películas de entretenimiento para adultos. Las que creen en esta mentira ya tienen un historial de perseguir un placer tras otro en la vida, siendo el  placer sexual el objetivo principal. La verdad es que el sexo es una adición maravillosa a la vida, pero el sexo en sí mismo nunca puede proporcionar satisfacción duradera.  Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás (Juan 4:13)   Yo  soy  el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí  viene  nunca  pasará  hambre,
y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.”    (Juan 6:35)


Mentira # 3: "las chicas de la industria del porno tienen el tiempo de sus vidas".
NO, estas chicas están ahí porque lo ven como una forma fácil de obtener dinero y fama. Cualquier chica que piense que las actrices y modelos porno se divierten haría  bien en considerar lo que dice una ex estrella sobre ello. "Nunca disfrute tener sexo," escribe Shelly Lubben. "Nunca quería sexo, y de hecho estaba más dispuesta a  pasar tiempo tomando whiskey  que con modelos con los que me pagaban para que fingiera placer”.

Mentira # 4: "El sexo no es algo sagrado."
Dios creó la sexualidad como un medio para que el  marido y su esposa  expresen físicamente  su más profunda devoción entre sí. La industria de entretenimiento para adultos ha hecho todo lo posible para devaluar esto a un  comportamiento puramente animal. Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.  Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó: «Ésta sí es hueso de mis huesos  y carne de mi carne». Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza. (Génesis 2:18-25 NVI)


Mentira # 5: "Complacer mis deseos sexuales es liberador."
La imagen que transmiten es una de  mujeres despreocupadas reclamando su libertad  para  experimentar completamente el  placer más grandioso de la vida. La verdad es que el  pecado siempre lo  trae uno a una  terrible esclavitud. Millones de personas que han comprado  esta mentira viven en  una esclavitud perpetua. Los "placeres pasajeros del pecado" hace rato se han marchado; todo lo que queda  ahora son las demandas siempre presentes de una adicción implacable.


Mentira # 6: "el sexo ilícito no tiene consecuencias".
Las imágenes de deliciosas sonrisas y momentos emocionantes de éxtasis no te revelan la verdad de lo que viene después: vergüenza, culpabilidad, pérdida de autoestima, enfermedades de transmisión sexual y quizás la peor de todas: la corrupción del alma humana. La pornografía distorsiona la perspectiva de una persona sobre la sexualidad, contamina la mente, cauteriza la conciencia, endurece el corazón y  llena la vida interior de perversión.

La pornografía promete enorme satisfacción pero deja al usuario en la miseria absoluta. Esa es la verdad que los pornógrafos nunca les dirán a las chicas que sucumben a la tentación.

Steve gallagher es el fundador y Presidente de ministerios  vida pura.
http://www.purelifeministries.org/index.cfm?pageid=182

domingo, 31 de julio de 2011

LA MENTE DEL ADICTO A LA PORNOGRAFÍA

El proceso  que  puede llevar a una persona a comportamientos sexuales adictivos o compulsivos, se conoce como adicción sexual. Es un estado patológico al que entramos cuando nuestra capacidad por placer sexual o intimidad disminuye mientras que nuestra exposición a intenso estimulo sexual (tal como pornografía en el Internet) aumenta. La condición incluye factores biológicos y de comportamiento.

Para poder entender la adicción sexual, necesitamos tener un entendimiento básico de cómo el cerebro, el más poderoso órgano sexual en nuestro cuerpo, procesa el estímulo sexual. Sabemos que hay un cóctel de químicos en nuestro cerebro que energiza la atracción y el romance. Esos químicos son totalmente diferentes de la mezcla que fomenta el amor profundo y la atracción a largo plazo.

Uno de esos
químicos de la atracción y el romance es conocido como Dopamina, un neurotransmisor que crea intensa energía, euforia, atención focalizada, y motivación para conseguir premios. Es liberado por el cerebro cuando somos expuestos, entre otras cosas, a la pornografía y la excitación sexual. Un diferente químico, Oxitocina, es quien promueve sentimientos de conexión, unión y cariño. Este se produce y libera en el cerebro cuando abrazamos a nuestra esposa o hijos, y cuando una madre esta lactando a su bebe. También hay otros, como la Serotonina y la Adrenalina, que juegan un papel de soporte. Pero es en esta caja de pociones de amor que la pornografía se mueve.

 Fisiológicamente, en relaciones amorosas normales con gente real, nos movemos de un alto nivel de Dopamina (atracción y romance) a diferentes niveles de Oxitocina (relaciones estables). Pero si nosotros o nuestra pareja ha formado una "relación" con la pornografía y usa este material pornográfico regularmente para inducir orgasmos llenos de fantasía, nuestra "relación" con la pornografía nunca abandonará el estado inicial de atracción. Esta será siempre basada en el placer sexual. Entonces,
como la pornografía repetidamente provoca intenso placer sexual, nuestro cerebro produce más y más Dopamina, manteniéndonos atrapados en un intenso ciclo que imita las primeras etapas de infatuación, romance de fantasía y enamoramiento. Sobre estimular el cerebro con altas dosis de Dopamina hará que el cerebro se adapte e incremente los niveles de tolerancia. El resultado de incrementar la tolerancia es la desensibilización, algo similar a lo que los alcohólicos o drogadictos experimentan después de un repetido uso y abuso de su droga de elección. 

Con el tiempo, como se necesitará mayor estimulación sexual para conseguir el mismo placer, el adicto empieza a buscar nuevas y diferentes formas de incrementar los niveles de producción de Dopamina. Cambiara las revistas por vídeos, sexo en pareja por sexo en grupo, grotescos actos sexuales que antes eran impensables ahora le serán "normales", dejara de ser un observador para convertirse en un participante. Poniendo límites para luego derribarlos, empezando y prometiéndose a sí mismo que parará, y luego empezando otra vez. La adicción sexual es un lugar temeroso para estar porque uno no se ve a sí mismo como alguien enfermizo. Te dices a ti mismo y convences a otros de que eres normal, que no hay nada malo en lo que haces, que todo el mundo lo hace. "Es diversión que no hace daño a nadie", te dices a ti mismo.

Pero tú no puedes ver el largo y despacioso tobogán por el que estas cayendo. No puedes ver lo que realmente te está pasando porque estas parcializado y demasiado involucrado en tu pasado para querer realmente cambiar.


Lo que alimentas crece, y lo que privas de alimento muere. Si continúas alimentando el cerebro con nuevas y diferentes cantidades de intenso estimulo sexual, los deseos por una dosis mayor de Dopamina crecerán. Con cada nueva exposición, el cerebro construirá tolerancia, incrementando la necesidad por una mayor estimulación. 

Cuando alimentas tu adicción, al mismo tiempo te estás privando de intimidad saludable con personas saludables en el contexto de las relaciones sanas.
Tu principal relación se ha convertido en una relación con un objeto inanimado como una fotografía en tu pantalla de tu computador o un vídeo pornográfico. La intimidad sexual se ha convertido en tomar sin dar nada de tu parte, y el foco de tu atención es realmente en ti. Como tu sentido de pertenencia y aceptación por otros está siendo ignorado, o privado de alimento, tu sentido del ser y de significado decrece. El aumento de la soledad y el aislamiento son algunos de los resultados de la adicción.

Si estas luchando con la pornografía y estas buscando romper las cadenas que te atrapan, te desafiamos a buscar ayuda. Si gustas puedes escribirnos a integridadonline@gmail.com

Diego Bedoya


Fuentes: Porn Nation, by Michael Leahy

miércoles, 29 de junio de 2011

¿PUEDO RESOLVER ESTO A SOLAS?

Algunas  de las preguntas más frecuentes que recibo de aquellos que admiten tener luchas en su sexualidad son: ¿Puedo resolver esto a solas? ¿Realmente tengo que contarle a alguien sobre esto?  No importa quien hace la pregunta: joven o viejo, hombre o mujer, padre o adolescente, casado o soltero; la mayoría de nosotros queremos esconder aquella parte de nosotros que está afectada para evitar que nos juzguen o nos ridiculicen o pasemos una vergüenza.

Aunque esta es una reacción natural, no es una reacción saludable. Quizás eres un estudiante que acaba de admitir que el uso del chat o del Internet se ha salido de control, o quizás eres un hombre de negocios cuya infidelidad acaba de ser descubierta. Este es el momento de la verdad: ya no puedes seguir negando que hay un problema en tu vida. Quizás  te sientes tentado a usar este comportamiento como una excusa debido a tu edad, al estrés, a las circunstancias, etc. Nadie está tratando de obligarte a confesar que eres culpable, simplemente el admitir que tu comportamiento es problemático y poco saludable es el primer paso para poder continuar en la recuperación.

La gente tiene dificultad con este primer paso, mayormente porque solo ven el estigma asociado con la adicción sexual. Algunos lo ven como el peor pecado de la lista.

Hazte las siguientes preguntas:
·         ¿Te gusta realmente lo que estás haciendo?
·         ¿Es esta la vida que imaginaste para ti y tu familia?
·        ¿Crees que tu vida será mejor  si continuas con tu actual comportamiento?

Si respondiste que “no” a estas preguntas, has dado tu primer paso, has reconocido que tu vida no es lo que debería ser. Muchas personas están convencidas de que pueden vivir dos vidas, la normal, aquella que  incluye el mundo real y la gente real, y el mundo de fantasía, aquel que incluye imágenes en computador, situaciones imaginarias, separación del resto de la humanidad y una vida llena de secretos y de soledad.

Para algunas personas, esta doble vida ha sido un puerto  seguro  al cual han acudido en situaciones de estrés y de  dolor en su vida. Quizás has gastado una considerable cantidad de tus fuerzas manteniendo tu adicción oculta. Sabes que tu comportamiento es impropio, pero no buscas  ayuda. Sin embargo, si  eres honesto contigo mismo, ya has tratado de detenerte anteriormente y has vuelto a caer. Este es el comportamiento adictivo: te dices a ti mismo unas cien veces que no lo volverás a hacer. Logras detenerte por algún tiempo, pero algo ocurre en tu vida que genera una recaída y vuelves a hacerlo. Oras, lloras, y prometes no volver a hacerlo. Al final, nada funciona y terminas regresando a ese viejo hábito que esta destruyéndote por dentro.

¿Qué te detiene para compartir este problema con otras personas? Algunas respuestas comunes son: miedo, vergüenza y culpa. Adán y Eva también sintieron miedo y vergüenza cuando desobedecieron a Dios. Se escondieron de Dios y cubrieron sus cuerpos con hojas.

El pecado tiene ese efecto en nosotros. Produce separación, soledad, miedo y vergüenza. El pecado trata de convencernos de que no tenemos valor y que no somos deseados. La reacción de Dios hacia el pecado de Adán y Eva fue un justo juicio, pero también fue compasivo. El les hizo mejores ropas para aliviar su vergüenza. También les dio la promesa de que El enviaría un Salvador para redimirlos del pecado y de la muerte. Así mismo como heredamos el pecado a través de nuestros primeros padres, también heredamos la promesa de Dios de perdón y salvación, la cual se encuentra en Su Hijo Jesucristo.

Más allá del miedo, la vergüenza, la rabia y la soledad, existe otra razón por la cual la gente tiene miedo a compartir sus luchas con otras personas. En lo profundo de nuestro ser, estamos heridos en nuestro corazón y en nuestra alma. La tragedia de la historia de Adán y Eva es que alguna vez tuvieron intimidad pura el uno con el otro y con Dios. Nos conocíamos completa y verdaderamente y nos amábamos con un amor genuino, autentico y eterno. Este pecado en el huerto del Edén nos hirió a todos donde nos dolía más: en nuestra habilidad de dar y recibir amor autentico a Dios y a los demás.

Esta separación de Dios, que muchos en esta situación sienten, es el corazón del quebrantamiento sexual. Aun si eres un cristiano comprometido que odia pecar, este te mantiene alejado de Dios.

Nuestra inhabilidad para abrirnos a otros para ser conocidos completamente es lo que nos lleva a buscar intimidad falsa, temporal, egoísta, con sustancias y relaciones que nunca fueron diseñadas para cumplir esta función. Todas las drogas, el alcohol, la pornografía, el adulterio y el sexo del mundo, nunca podrán satisfacernos. Solamente una relación restaurada con Dios puede hacernos completos, y solamente a través de esta nueva unión podremos ser capaces de unirnos con otros en forma amorosa y saludable.

En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.” (1 Juan 4:10)

lunes, 18 de abril de 2011

DESCUBRE LA LIBERTAD PARA TU ADICCION

La adicción a la pornografía es una fuerza destructiva que lleva a las personas a una vida de esclavitud.

Comenzando a una edad temprana, niños y adolescentes están siendo atraídos hacia la adicción a la pornografía por internet, sin estar conscientes del camino de destrucción en el que están entrando. La pornografía no es algo que se puede ver casualmente. Es un anzuelo del diablo que entra por los ojos de la persona y atrapa su alma (su mente, su voluntad y sus emociones).

Aquellos que quedan atrapados por la adicción a la pornografía pronto realizan que ella crea un insaciable deseo por más. Muchas personas han perdido sus carreras, sus matrimonios y sus familias debido a la adicción a la pornografía por Internet. Este deseo por más lleva a la persona a un espiral descendente que demanda imágenes y comportamientos más perversos. Imagina cómo pueden terminar niños que empezaron viendo imágenes explicitas a la edad de cinco años. Sus mentes y conciencias serán cauterizadas antes de ellos lleguen a la pubertad. Sin Cristo, ¿Qué clase de vida sexual saludable pueden ellos llegar a tener?

 Aunque el enemigo de las almas viene para robar, matar y destruir, Dios viene para brindar vida y vida en abundancia. (Juan 10:10-11)  El plan del enemigo para destruir tu vida no es más grande que el plan de Dios para darte libertad. ninguna arma forjada contra ti podrá prosperar.” (Isaías 54:17) La obra de Jesucristo en la cruz ofrece el poder sobre el pecado y cualquier obra del enemigo de las almas. Como resultado, no importa cuán perversa tu vida haya llegado  a caer, tu puedes experimentar libertad de la adicción a la pornografía por Internet o cualquier otro tipo de prisión. ¡No es demasiado tarde! No importa si apenas has empezado a caer dentro de la adicción a la pornografía o si aun si has estado atrapado por años, ¡puedes ser libre! Jesucristo es la respuesta. El es el campeón que ha venido a destruir las obras del enemigo (1 Juan 3:8). La obra en la cruz está terminada, así que agárrate de esta obra y sal de la trampa del enemigo. “Si vives por el Espíritu, no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa” (Gálatas 5:16)

Quizás te preguntas: “¿Cómo? He tratado pero no puedo detenerme” La respuesta es empezar ya mismo admitiendo que la adicción a la pornografía por internet es un pecado que te ha separado de tu relación con Dios. Luego clama a Dios por la misericordia y limpieza que está disponible debido a la muerte sacrificial de Jesucristo en la cruz, donde El cargó nuestra culpa por el pecado. El pagó el precio por ti porque El te ama. La Biblia nos deja saber que las buenas obras y la piedad seguirán  todos los días de sus vidas a aquellos que creen.

Este puede ser el día en que comiences a experimentar la bondad y la piedad de Dios por el resto de tus días. Busca a Jesús. El nunca te dejará y nunca te abandonará. El está  listo a sacarte de las garras de tu adicción a la pornografía. Jesús, el autor y consumador de la fe está esperando a que  decidas buscarle. El tiene planes para ti que te libertarán y te ayudarán para que no caigas nuevamente. El plan de Dios para ti incluye libertad de la pornografía. Así que búscale y permite que aquellos que tienen las herramientas espirituales para ayudarte puedan estar contigo en tu camino hacia la libertad.

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” (Jeremías 29:11)

Escríbenos a  integridadonline@gmail.com

lunes, 11 de abril de 2011

¿ADICTOS AL SEXO?

EXAMINANDO LA REALIDAD Y CONSECUENCIAS DE NUESTROS ACTOS

De la misma forma que el alcohol o las drogas, el sexo puede ser una adicción. Un adicto generalmente considera que esta incompleto, es muy crítico sobre sí mismo y tiene una percepción poco saludable sobre sí mismo. Generalmente, una persona con una pobre autoestima terminará involucrada en alguna actividad que le ayude a compensar o alterar momentáneamente sus emociones o sentimientos sobre la realidad que vive. Drogas, alcohol, juegos de azar, masturbación, prostitución, pornografía, etc., son actividades que momentáneamente alteran la realidad y proveen un escape temporal a las situaciones que la persona enfrenta en el mundo real.

La mayoría de las adicciones parecen tener sus inicios en situaciones dolorosas y traumáticas que ocurrieron en los años formativos de la niñez, eventos que lastimaron seriamente la autoestima de la persona. Con demasiada frecuencia estos eventos ocurren dentro del marco familiar. Pueden haber sido ataques verbales del padre o de la madre disminuyendo  la valía del niño, o pueden haber ocurrido incidentes traumáticos (como el abuso físico o sexual), donde el niño perdió su confianza y su autoestima.

En algunos casos, estos eventos son tan traumáticos que la víctima no puede recordar lo ocurrido. Situaciones del pasado aparecen en su memoria como viejas fotografías en blanco y negro, distorsionadas por el tiempo y por los elementos. Lo único que saben es que ante algunas situaciones o bajo cierta presión, se sienten incómodos, asustados y terminan regresando a comportamientos adictivos para aliviar el miedo, el dolor o la ansiedad. Alrededor del 97% de los adictos sexuales han sido emocionalmente abusados cuando niños y un 81% de ellos han sido abusados sexualmente.

Una persona con comportamientos adictivos en su sexualidad, es una persona que, impulsada por algún tipo de disfunción emocional, actúa sexualmente de forma compulsiva y obsesiva para tratar de conseguir alivio, sentido, valor, identidad, o para escapar al dolor de su realidad por unos breves instantes. Con el transcurrir del tiempo, de la misma forma que todas las adicciones, la conducta que está usando como una cura temporal, se convierte en una pesada cadena que le atrapa y que reafirma su baja autoestima.

La conducta adictiva nunca dará el resultado ofrecido o deseado. Desesperado, el adicto incrementará su participación en esa conducta, en un intento desesperado por conseguir  los mismos resultados  de alivio temporal que antes conseguía. Cuando menos lo espera, el adicto se encuentra atrapado en un ciclo de comportamientos que no puede romper.

Quizás la búsqueda más frecuente del adicto sexual es la búsqueda del amor. La vida le ha enseñado a intercambiar sexo por amor. Para otros, es una forma de revivir eventos de la infancia que les impactaron y les dieron una visión distorsionada de la sexualidad. En nuestra cultura latina moderna, las conquistas sexuales se han convertido en una forma de demostrar nuestra hombría y lamentablemente la pornografía es considerada por muchos como algo normal. Las mujeres ofrecen sexo para conseguir amor y los hombres ofrecen amor para conseguir sexo.

La adicción sexual se puede manifestar de diferentes formas. Un adicto sexual puede estar involucrado en una o varias formas de comportamientos. Por ejemplo, aquel que durante todo el día solo piensa en llegar a casa para conectarse al internet y encontrarse con sus amantes virtuales, esas imágenes maquilladas por el computador y  que cada día le llevan más  abajo en su degradación y le alejan de las relaciones verdaderas. Aquella persona que termina prostituyéndose con el novio o novia de turno para conseguir un poco de cariño. Aquella persona que se masturba compulsivamente. Aquella persona que anda espiando a las demás tratando de ver sus partes intimas.  La lista continua en una serie aterradora de comportamientos que prefiero no mencionar aquí debido a la cantidad de menores que leen estos artículos.

Como en toda adicción, el adicto sexual con el paso del tiempo ira cayendo en una nueva aberración, aquellas cosas que antes le parecían terribles ahora le emocionan y le parecen algo normal o aceptable. Algunos incluso terminan haciéndose daño a sí mismos.

Una de las razones por las cuales la adicción se hace tan difícil de romper, es porque la mantenemos oculta y en la oscuridad. Nos avergonzamos de nuestros comportamientos y no queremos que nadie sepa de nuestras luchas secretas. La adicción sexual termina apartando a quien la practica de sus amistades, le lleva a la soledad y a un mundo irreal de fantasía,  y le deja peor de cómo estaba. Una vez es demasiado y mil veces nunca serán suficientes.

En mi ministerio continuamente recibo correspondencia de personas que nunca se han atrevido a hablar con nadie de sus luchas con el pecado sexual. Le doy gracias a Dios porque a través de este medio ahora tenemos una forma de comunicarnos y podemos escuchar sin condenar, entendiendo lo que dice la Palabra de Dios acerca del poder que hay en contarle a otros nuestras luchas y en el orar los unos por los otros. (Santiago 5:16). Para que el adicto reciba sanidad, una de los pasos necesarios es dejar de ocultar sus batallas y derrotas.

El adicto sexual está huyendo de una verdadera intimidad con Dios y con la humanidad, está viviendo en un mundo de fantasía donde no es rechazado, se aparta de la posibilidad de relaciones autenticas con otras personas y pierde la comunión con Dios. La distorsión de la sexualidad que fue creada por Dios como una maravillosa fuente de intimidad hace que el adicto logre el efecto contrario, escapando de la intimidad.

La adicción sexual es un proceder erróneo para evitar o escapar del dolor  y la decepción que se viven al tener relaciones autenticas con personas autenticas, pero principalmente, es  el producto del pecado en el corazón humano y nuestra indiferencia a tener una relación verdadera y apasionada con Dios.

Cuando pecamos en nuestros corazones hacia Dios, rehusándonos a ser dependientes de Él, Dios nos entrega al control de aquellas cosas pecaminosas que preferimos más que a Él. Cuando Dios nos entrega, El nos entrega a la oscuridad de nuestros corazones, lo que crea una oscuridad mucho más profunda. (Romanos 1:18-32)

Un adicto sexual realmente cambia cuando cambia su relación con Dios y se aparta de la idolatría, cuando aprende a amar al Creador más que a lo creado.