sábado, 31 de julio de 2010

PASO NUMERO DOS: CREER


 Admitimos que solamente Dios puede restaurarnos por completo. En una forma sincera creo que Dios existe, que le intereso y que Él tiene el poder para ayudarme en mi recuperación. “Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad” (filipenses 2:13).

La Biblia dice claramente que el creer en Dios es esencial: “cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.”  (Hebreos 11:6).

 Si tomas tu reloj y lo desarmas completamente, pones las piezas en una bolsa de papel, la agitas fuertemente y luego arrojas su contenido sobre una mesa, las posibilidades de que las piezas se hayan juntado y formado nuevamente un reloj, son completamente imposibles. El mundo es mucho más complejo que un reloj. Donde hay un efecto, debe haber una causa. Donde hay un diseño, debe haber un diseñador. Donde hay una creación, debe haber un Creador. Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.” (Romanos 1:20)

ERES IMPORTANTE PARA DIOS  

Como la mayoría de las personas creen que Dios existe, el verdadero interrogante es: ¿Qué clase de Dios es El? ¿Realmente se interesa por mí?

La razón por la cual muchos de nosotros no sabemos que somos importantes para Dios es que no sabemos cómo es Dios. Y cuando no tenemos la información adecuada, nos inventamos nuestra propia información. Decimos: “Mi idea de Dios es…” No porque tengamos una idea de quién es Dios significa que es la correcta. Nuestra concepción personal de Dios no es la que cuenta. Lo que realmente importa es la verdad acerca de quién es El. Y algunas veces nosotros no tenemos la información correcta. Desafortunadamente, una buena cantidad de personas piensan que Dios es como alguno de sus padres. Aquellos que han tenido padres abusivos tienden a creer que Dios Padre es abusivo. Aquellos cuyas madres fueron poco amorosas y distanciadas pueden pensar que Dios esta distante y no es amoroso. Aquellos que han tenido una razón para temer a sus padres tienden a tener miedo de Dios.

Hasta que podamos entender el verdadero carácter de Dios, no podremos confiar completamente en El. Es difícil confiar en alguien que no conocemos o que no entendemos. Afortunadamente, Dios se interesa por nosotros. Somos importantes para El. Entender las siguientes verdades acerca del carácter de Dios nos da esperanza cuando estamos en medio del dolor:

Dios conoce tu situación

Dios conoce tus heridas, tus problemas y tus malos hábitos. El conoce lo bueno y lo malo de ti. Cuando tenemos una semana difícil, o un mes, o toda una vida, puede ser que creamos que a nadie le interesa. “Nadie sabe el dolor que estoy viviendo en este matrimonio”, “Nadie sabe todo lo que he tenido que vivir”, “Nadie sabe lo mucho que he tratado de romper estos malos hábitos”. Estamos equivocados; Dios lo sabe. Él lo sabe todo. Y a él le interesa.  El rey David tuvo una gran cantidad de tristezas en su vida, y el dijo de Dios: “tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma.”(Salmo 31:7). Su Palabra también afirma: “Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.” (Salmo 34:18). Dios está contigo en tu dolor y El está dispuesto a ayudarte a sanar todas tus heridas y a romper tus cadenas y tus malos hábitos.

Job dijo de Dios en Job 13:27 “Tu observas todos mis caminos”. Dios esta observándote, nada se escapa a su mirada. Algunas veces quisiéramos que Dios no hubiese visto todas aquellas malas decisiones que hemos tomado. Pero Dios no está impresionado con tu pecado. El conoce tus buenos días, tus malos días, tus malas decisiones y todos tus secretos. Y aun así, ¡El continua amándote!

Dios se interesa por tu situación

Dios no solo conoce tu situación, El se interesa por ti: “Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición;  sabe que somos de barro.” (Salmo 103:13-14). Dios sabe cuán frágiles somos pues El nos hizo. El quiere ser el Padre que muchos de nosotros no tuvimos. El es tierno y cariñoso: “Con amor eterno te he amado” (Jeremías 31:3). El se interesa por nosotros cuando hacemos lo correcto y cuando nos equivocamos. ¿Cómo puede Dios amarnos y preocuparse por nosotros cuando nuestras vidas están como están? Porque su amor es incondicional. No está basado en nuestras acciones, está basado en su carácter. “Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8). No hay amor más grande que este, que una persona “de su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Y esto es exactamente lo que Jesús hizo por ti.

DIOS TIENE EL PODER DE CAMBIAR TU SITUACION Y CAMBIARTE A TI

Algunas veces Dios te cambia; Algunas veces El cambia tu situación. Algunas veces cambia ambos. El tiene el poder. La magnitud de su poder es difícil de comprender, es por eso que el apóstol Pablo oró para que pudiéramos comprender: Oro para que ustedes puedan empezar a entender la increíble grandeza del poder de Dios para aquellos que creen en El. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucito de entre los muertos (Efesios 1:19-20).

Si Dios puede levantar a Jesucristo de la muerte, El ciertamente puede resucitar una relación muerta. El puede libertarnos de nuestra adicción. El puede llevarse nuestra culpa y nuestra vergüenza. El puede ayudarnos a cerrar la puerta de nuestro pasado para que esas memorias no nos sigan persiguiendo. Dios tiene el poder de cambiarnos y de cambiar nuestra situación.

La Biblia dice que “Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios” (Lucas 18:27). Puede ser que la situación en la que estas metido parezca imposible, pero no lo es. Para poder deshacerte de tu dolor necesitas tomar la decisión de rendir tu vida a Dios. El es la ayuda que necesitas.

Dios provee lo que necesitamos para alcanzar la libertad: “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Poder, amor y dominio propio, las tres cosas que necesitamos para poder ser saludables, felices y completos.