domingo, 25 de marzo de 2012

PORNOGRAFIA: UN ASALTO AL MATRIMONIO

Traicionada, rechazada, disgustada, y devastada. Estas fueron las palabras que Diana utilizo para describir sus sentimientos cuando se enteró que su marido había pasado horas cada noche viendo pornografía en Internet, y teniendo conversaciones sexualmente explícitas con personas extrañas en salas de chat de todo el mundo. Ella Sabía que antes de casarse Eduardo había “mirado” algunas revistas para adultos. Ella las encontró cuando estaba limpiando el apartamento de su novio, antes de su regreso de un viaje de negocios. Ella lo confronto, pero él se excuso diciendo que era "algo que los hombres solteros hacen en ocasiones." Pero Eduardo estaba ahora casado y ella pensaba que él era feliz.


Diana no es la única mujer que ha experimentado semejante traición. Investigaciones y encuestas revelan un alarmante porcentaje de hombres casados luchando con la pornografía.
La pornografía es descrita como una adicción sexual que crea una dependencia esclavizante a la excitación erótica a través de imágenes o palabras, fantasía o real, y se ha infiltrado en nuestro mundo a través de una variedad de fuentes: anuncios, librerías para adultos, películas, música, literatura, televisión, sexo por teléfono, Internet, y más. Independientemente del medio por el cual entra en la relación matrimonial, la pornografía le roba la intimidad, la confianza, la pureza y la pasión física y emocional. Y para las mujeres, el descubrimiento de la pornografía en la vida de su marido es igual a la infidelidad.

Sin embargo, hay buenas noticias. Los hombres atrapados en la telaraña de la adicción sexual pueden ser puestos en libertad. El Salmo 25:15 dice: "Mis ojos están siempre en el Señor, porque sólo él librara mis pies de la trampa." Este es un versículo importante que la esposa cuyo marido está en la trampa de la pornografía debe entender. Identifica claramente que es el Señor quien libera al individuo de la trampa - no la esposa. Muy a menudo las mujeres creen que tienen esta responsabilidad, aumentando cada vez más su frustración cuando su pareja continúa en su adicción. En realidad, las esposas tienen la responsabilidad de confrontar a sus esposos en amor. Después de haber llamado la atención de su pareja, las esposas deben dejar los resultados al Señor, centrando su propia energía en el proceso de perdonar a su esposos. 

Si tienes que confrontar a alguien involucrado en la inmoralidad sexual, primero dele una mirada al mandato bíblico que se encuentra en Mateo 18:15-17: "Si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tu y el solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Pero si él no quiere escuchar, toma contigo a uno o dos más, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si se niega a escucharlos, dilo a la iglesia, y si se niega a escuchar a la iglesia, lo tratan como si fuera un pagano o un recaudador de impuestos." 

No todo hombre que ha visto pornografía es un adicto sexual, pero los reincidentes de seguro que se encuentran atrapados por las imágenes eróticas o las palabras del material pornográfico. La pasión desenfrenada fue creada para la unión matrimonial, y cuando se experimenta en cualquier otra forma no solo diluye el vínculo matrimonial sino que también lo traiciona.

MENTIRAS QUE NOS DECIMOS A NOSOTROS MISMOS 

Algunas mujeres cuyos maridos luchan con el pecado sexual falsamente creen que ellas son las culpables. Su razonamiento es que si fueran más accesibles a sus esposos, si fueran mejores amantes, o si tuvieron relaciones sexuales con más frecuencia, entonces sus maridos no mirarían hacia ninguna otra parte. La verdad es que estas razones no tienen nada que ver con qué los hombres se involucren en la inmoralidad sexual. 

Los hombres adictos a la pornografía a menudo tienen gran dificultad para experimentar genuina intimidad con  el resto del mundo - incluyendo a sus esposas. Esto es generalmente el resultado de problemas no resueltos de la infancia en el que las necesidades básicas dadas por Dios tales como el amor, el significado, y la seguridad no fueron suplidas de forma adecuada. Algunos hombres aprendieron a temprana edad que las personas no son de fiar. Por lo tanto, evitan la intimidad con una persona real, y en lugar de ello, inician una relación de pasión con una imagen que no puede rechazarlos o amenazarlos. En otras palabras, un objeto o una imagen no requieren de la vulnerabilidad. 

Otra mentira que las mujeres creen es que deben ser capaces de mantenerse informadas de las luchas en esta área de las vidas de sus esposos. Mujeres, esta es una zona muy delicada - mientras que puedes preguntarle a tu esposo cómo puedes orar por él, lo mejor es que un hombre piadoso que tu marido conozca le haga las preguntas difíciles y le lleve las cuentas en esta área. Por encima de todo, esto te libera emocionalmente para que puedas trabajar en tu propio dolor, orar por tu esposo y tú matrimonio, aprender a confiar en Dios donde tú esposo ha fallado, y trabajar hacia un verdadero perdón.

Muchas mujeres se dejan consumir con el horario de sus maridos, por miedo a que hagan uso de su tiempo libre para asistir a espectáculos para adultos, ver pornografía o visitar librerías para adultos. Vigilar a tu esposo como un Policía no es tu papel. Puede ser que confiar en él no siempre sea fácil, pero es necesario permitir que el Espíritu Santo actúe en la vida de él para convencerlo, ayudarlo, enseñarle, y producir fruto, el cual debe incluir la fidelidad y el autocontrol. Cuando te pones ansiosa acerca de lo que él está haciendo, estás tratando de controlar su comportamiento, lo cual es imposible. Además, estas apartando tu mirada de tu relación con Cristo, que debe ser la base de tu fortaleza en este momento. Isaías 26:3 promete que Dios te guardara en completa paz si confías en él, manteniendo tu pensamiento con perseverancia en él.

ENFRENTANDO EL DOLOR DE LA TRAICIÓN

En primer lugar, al luchar con el dolor de la traición - ora. Sin una dependencia constante en Cristo durante este tiempo difícil, inevitablemente lucharas con una serie de emociones que te sacaran de control. Si bien no es raro que te sientas enojada y herida, no es la voluntad de Dios que alimentes estas emociones. Construye una red de apoyo de mujeres para ti y tu matrimonio, pídeles que oren y confía tus luchas a una o dos de ellas. Busca a mujeres que te animen en Cristo, que oren por ti y tu marido, y que escuchen tus preocupaciones sin culparte o condenarte. Además, busca consejo bíblico si tu marido no se aparta de este pecado. El pecado sexual, si no se controla, es como un incendio forestal, se sale rápidamente de control. Algunas mujeres que han batallado la pornografía en su matrimonio han encontrado que un grupo de apoyo basado en la Biblia puede ser útil. De esta forma, las mujeres que luchan con problemas similares, se fortalecen una a la otra, animando a otras a mantenerse enfocadas en el Señor.

El pecado sexual de cualquier tipo es una de las traiciones más perjudiciales para un matrimonio, dando pleno sentido a 1 Pedro 5:8: "Su enemigo el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resistan firmes en la fe, porque sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos”. La dependencia de Cristo es una forma segura para demostrar el poder sanador de la restauración. No te canses en la batalla, mantén los ojos en Dios, quien recompensara tu fidelidad.