sábado, 2 de enero de 2010

PRIMERA ETAPA EN EL CAMINO A LA RECUPERACION


El primer paso en el increíble viaje a la recuperación, libre de la pornografía y cualquier otra adicción y pecado sexual, comienza admitiendo que no tenemos el poder en nosotros mismos para controlar nuestro comportamiento y hábitos destructivos, reconociendo que nuestras vidas se han vuelto inmanejables y que estamos fuera de control.

Antes de empezar esta primera etapa, esta parte del viaje hacia la integridad, debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Estamos cubriendo nuestras vidas con una máscara de negación, pensando que nada nos sucederá y que ese problemita de la pornografía es insignificante y que podemos dejarlo cuando queramos? ¿Estamos diciéndonos a nosotros mismos que la pornografía no es una adicción y que todo el mundo lo hace? ¿Estás justificando tu adicción a la masturbación con tu edad, tu soltería o tu soledad? ¿Estás justificando tus relaciones sexuales de soltero diciendo que todos lo hacen? ¿Estás justificando tu lujuria? Si encuentras una razón para justificar alguna de estas situaciones, entonces estas usando una máscara llamada NEGACION. La recuperación empieza quitándonos la máscara de la negación, admitiendo que tenemos un problema y se nos está saliendo de control.



No podemos sanar una herida simplemente diciendo que no existe, necesitamos hacer las curaciones requeridas para que esa herida pueda sanar. Aquel que hace algo y continua haciéndolo, aun sabiendo que puede hacerle daño, termina convirtiéndose en esclavo de de esa acción. Dios dice en 2 Pedro 2:19: "Les prometen que serán libres para hacer lo que quieran, pero ellos mismos no pueden dejar de hacer el mal. ¡Ese mismo mal acabará por destruirlos! Pues el que no puede dejar de pecar es esclavo del pecado”.

La negación causa ansiedad, haciendo que gastemos preciosa energía, pues estamos preocupados por nuestro pasado y porque no se descubra ese secreto oscuro que guardamos. Una persona esta tan enferma como sus secretos y no estará listo para recibir sanidad hasta que no esté listo a reconocer su problema. Salmos 107:13-14 afirma: “En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas”. El camino a la recuperación empieza en el momento en que estemos dispuestos a hablar de ese secreto y admitir nuestra incapacidad para romper el ciclo adictivo, cuando nos damos cuenta que nuestro propio esfuerzo no es suficiente.


Dios nunca desperdicia una herida; Pero él no la puede usar hasta que no salgas de la negación a la luz de Su verdad. Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado”. (1 Juan 1:5-7).

El poder para cambiar solamente viene de la gracia de Dios. En esta primera etapa reconocemos que no podemos manejar nuestra adicción y reconocemos que solamente Dios tiene el poder para restaurar nuestras vidas, sanar nuestras heridas y ayudarnos a reconstruir las murallas caídas de nuestros principios y valores morales y espirituales. Solamente Dios nos puede traer de regreso de la oscuridad a su luz admirable. Una persona que navega en las turbulentas y peligrosas aguas de la pornografía y el pecado sexual se aparta día a día de Dios, de su integridad y de sus valores morales. Empieza a considerar a los seres humanos como objetos de placer y sus valores fundamentales se ven comprometidos seriamente.


Hebreos 12:1 nos dice: “Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante”. Dios tiene una carrera particular, un plan único para cada uno de nosotros, un plan de bien y no una vida consumida por dependencia, adicciones y obsesiones.

Para romper tus adicciones vas a tener que trabajar duro. Necesitarás un genuino deseo por cambiar, coraje para ser honesto y voluntad para trabajar, pero el más importante ingrediente que necesitarás es un honesto crecimiento espiritual. Cada área en tu vida debe ser espiritualmente reorientada si deseas una vida saludable y buena. “Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas”. (Proverbios 3:5-6). Dios tiene el poder para sacarte de la oscuridad que ha dirigido tu vida.



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