miércoles, 5 de enero de 2011

EL SEXO NO ES SOLAMENTE SEXO

Debo hacerte una advertencia antes que leas este material: lo que estas a punto de leer es contrario a lo que escuchas entre tus amigos, contrario a lo que vez en la televisión y en las películas. Así que prepara tu mente y tu corazón para entender un concepto que puede librar tu vida de terribles consecuencias y mucho dolor.

El sexo no es solamente sexo. Dios dice  en su palabra que el pecado sexual es como ningún otro. Puede herirte física, mental, emocional y espiritualmente. Puede desbaratar tu vida en formas que nunca te hubieres imaginado. Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.” (1 Corintios 6:18)  Si persistimos en el pecado sexual con la idea de que un día haremos lo correcto delante de Dios, deberíamos recordar que Dios quizás esté ahí para perdonarnos y restaurarnos… pero nosotros quizás no estemos.

Cuando tienes relaciones sexuales con alguien, estas también teniendo relaciones con cada una de las personas con quien esa persona se ha acostado. Cuando te entregas sexualmente a alguien estas dando una parte de tu alma que nunca recuperarás.

¿Qué precio le pones a un corazón herido? ¿Cuánto vale una mente que no tiene paz? ¿Quién cuenta el costo de una autoestima  desquebrajada y lastimada, una confianza perdida o un sueño hecho pedazos? ¿Cuánto  cuesta traer un bebe no planeado al mundo, o más  aún, el acabar con su vida porque interfiere con la búsqueda personal del placer de alguien? El sexo gratis nunca es gratis. Alguien siempre paga. La promiscuidad tiene un precio muy alto.

La verdadera libertad sexual significa el poder amar a alguien sin barreras, sin precaución, sin preocupaciones; el poder confiar en quien amas sin reservas y sin dudas. Todo esto es posible en el matrimonio –y solo en el matrimonio.

Ella lo hizo porque él dijo que la “amaba”. El la empujo a tener sexo porque quería probar que era un hombre. Los amigos de ella dijeron que estaba bien si ella realmente lo amaba. Los amigos de él le dijeron que el resto del mundo ya lo había hecho y que no sabían qué era lo él estaba esperando. Todo el mundo dice que  no importa, aun si las cosas no funcionan. Y todos ellos están completamente equivocados.

El sexo nunca es casual. El sexo es un regalo de Dios, y nada de lo que Dios da es casual. Debido a que el sexo en sí mismo es algo tan profundo, las heridas causadas por las relaciones sexuales nunca son superficiales. Lo que haces y lo que aprendes en el área sexual construye unos hábitos, graba unas memorias que duraran toda la vida. 
    
Sin la mano sanadora de Jesucristo, las heridas del pecado sexual nunca desaparecerán. Cada vez que unes tu cuerpo y tu alma con alguien más,  tu mente te vuelve a proyectar todo lo que has hecho antes con todos los demás. Es por esto que “probar antes de comprar” es una idea estúpida cuando se trata de sexo. Cada herida, cada decepción, cada rechazo es llevado a la próxima relación. No se pueden evitar las comparaciones y las memorias de las experiencias pasadas.

¿Qué está mal al tener relaciones sexuales antes del matrimonio? ¿Qué diferencia hace un pedazo de papel? Si amas a alguien lo suficiente para comprometerte en matrimonio, ¿Qué daño puede haber en hacerlo un poco antes de la boda? ¿De qué otra forma vas a saber si son compatibles? Si amas a alguien, ¿porqué esperar?

No toda la pasión es amor, y no todo amor es pasión.

Una cosa es segura; la mejor forma de herir una relación de amistad es violando las reglas que hacen que confiemos en otra persona. La realidad es que la mitad de los compromisos matrimoniales no llegan al matrimonio y terminan la relación. Muchas se rompen precisamente porque la pareja pensó que el sexo antes del matrimonio no haría mucha diferencia. Un compromiso matrimonial que se terminó sin haber tenido relaciones sexuales puede causar dolor y tristeza, pero raramente se pierde la amistad y ciertamente no hay sentimientos de culpa por causa del pecado. La culpa, la rabia, y la pérdida del respeto y la vergüenza que acompañan el rompimiento de un compromiso matrimonial donde hubo relaciones sexuales prematrimoniales, es un dolor que muy pocos desearían vivir.

No uses a otras personas como objetos, sexualmente o de cualquier otra forma. Y  no permitas que otros te usen a ti.

Diego Bedoya
integridadonline@gmail.com

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