sábado, 8 de agosto de 2009

TU LUCHA CON LA SERPIENTE

LA SERPIENTE DE LA PORNOGRAFÍA
Por: Steve Gallagher

Salomón entendió cuan poderosa puede ser la tentación sexual para un hombre joven. Fue pensando en ello que escribió el quinto capítulo de los proverbios. “Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio… De los labios de la adúltera fluye miel; su lengua es mas suave que el aceite.” (Proverbios 5:1-3)

Esas dos frases describen perfectamente tanto el poder de la tentación sexual como su antídoto. El sabio Rey entendió que para que un hombre joven pueda resistir con éxito los encantos de una mujer provocadora, deberá estar preparado antes de tiempo. El tiempo invertido en la Palabra de Dios día a día ayuda a construir el sistema inmune del hombre en contra del veneno de la pornografía. Las Escrituras son simplemente el pensamiento y perspectivas del Señor. Un hombre que se sumerge en la Biblia gradualmente entenderá la posición de Dios en cuanto a la vida, la gente e incluso la sexualidad. A un hombre que dedica tiempo diariamente a la Palabra de Dios le es dada visión espiritual para entender el poder de la tentación y cómo trabaja.

Nótese otra vez lo que Salomón habla acerca del pecado sexual. El lo personifica como una mujer provocadora cuyos labios de miel representan la promesa de la satisfacción. Esta tentación parece irresistible porque esta unida con el engaño de saber que el pecado traerá consigo un enorme placer y satisfacción. Cuando la tentación se presenta, todos los pensamientos para resistirla son olvidados. El acto del pecado sexual se ve absolutamente placentero y por lo tanto irresistible. El suave aceite representa las artimañas del enemigo totalmente camuflajeadas y extremadamente calculadoras. El presenta la perfecta ilusión planeando cada ataque consecutivo para “robar y matar y destruir la propiedad de Dios”.

El hombre sabio cuyo corazón ha sido fortalecido con la Palabra de Dios, ve a Satanás detrás del placer intoxicante de la tentación. En el Jardín del Edén, Satanás se muestra a si mismo como la serpiente astuta que es. Yo me lo imagino como una cobra, conocida por la terrible forma en la que se prepara para atacar. Ella primero escupe su veneno a los ojos de sus victimas antes de morder. Con su objetivo cegado e impotente, la serpiente podría fácilmente escabullirse entre la maleza, pero esta víbora no se contenta con esto, disfruta matando a su presa clavando sus colmillos e inyectado su mortífero veneno.



Esto es una perfecta imagen del hombre atrapado en la pornografía. La tentación usualmente comienza cuando el tiene contacto con una pequeña muestra de desnudez. Esto es suficiente veneno para cegarlo temporalmente ante el peligro inminente. La imagen inicial es estimulante creando una atmósfera sensual, la cual lo incapacita espiritualmente.

Ahora la serpiente se dispone a matar. Esta pequeña muestra de Pornografía libera su veneno el cual va directamente al alma del hombre e instantáneamente se dispersa por todo su ser. Al igual que una víctima de mordedura de serpiente, el entra en un estado mental catatónico: un trance sexual donde la razón parece abandonarlo. La lujuria se apodera de su cuerpo, su cara se enrojece con la excitación, sus manos empiezan a sudar. Salomón describe esta condición espiritual de la siguiente forma: “Con palabras persuasivas lo convenció; con las artimañas de sus labios lo sedujo. Y el enseguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero; como el ciervo que cae en la trampa, hasta que una flecha le abre las entrañas; como el ave que se lanza contra la red, sin saber que en ello se le va la vida.” (Proverbios 7:21-23)



Por el contrario, el hombre que “recibe la Palabra de Dios con mansedumbre y diligencia” discierne la fuente de la tentación que viene a su encuentro. El entiende que detrás de la bella ilusión del placer, hay una serpiente enroscada y lista para atacar. El ha sido mordido anteriormente y ha aprendido de forma difícil el alto precio que hay que pagar por cada indulgencia. El tiene el conocimiento del corazón (muy diferente del conocimiento de la razón) para “ser un hacedor de la Palabra” y alejarse de la tentación.

Continuando con Proverbios 5, Salomón continua hablando del “aharit”-final- del pecado sexual: “Pero al final resulta más amarga que la hiel y más cortante que una espada de dos filos. Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al sepulcro.” Este término Judío describe la consecuencia inevitable del pecado. El luego escribe “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que al “aharit” –final- acaban por ser caminos de muerte.” (Proverbios 14:12)

Una vez que la serpiente muerde, su víctima se vuelve vulnerable a otros depredadores. Una vez vi en el canal de National Geographic un especial que mostraba a un león que fue mordido por una cobra. Por días sufrió bajo los efectos del veneno. Debilitado hasta el punto del colapso, se enfrento a un gran peligro de una jauría de hienas. El estaba indefenso frente a los salvajes ataques.

Esto es cierto para el hombre que mira pornografía. Su veneno, lejos de disiparse después que el ha completado su acto de lujuria, continua contaminando su corazón durante los siguientes días. Sus toxinas permanecen en su sistema, alterando sus perspectivas, corrompiendo su mente y esparciendo oscuridad sobre su alma. La lujuria que era tan provocativa ha crecido ahora hasta convertirse en un ardiente deseo. En lugar de satisfacer la pasión sexual del hombre, solo ha servido para encenderla mucho más.

El hombre infectado no solo debe enfrentarse con los efectos posteriores a la mordedura, además el esta ahora mucho mas debilitado espiritualmente en contra de los enemigos de su alma. El trata de llevar a cabo sus rutinas diarias, pero las memorias lascivas continúan persiguiéndole. Estas imágenes son como pordioseros hambrientos alrededor de el, clamando por otro pedazo. No importa cuanto les des, ellos nunca estarán satisfechos. Efectivamente, cada regalo solo los anima a pedirte más.

Con razón Salomón advierte: “Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa; no sea que des tu vigor a otros y tus años al cruel” (Proverbios 5:8-9). La casa de la adultera –tanto como un sito X en el Internet- no es mas que un criadero de víboras. Seria muy sabio evitar tales lugares.



La única esperanza de libertad de la victima envenenada es “parar inmediatamente”. Así como un adicto a la heroína se encierra así mismo hasta que la droga gradualmente es eliminada de su cuerpo, así mismo toma tiempo para que el veneno de la pornografía pierda su poder. Cada momento que pase sin volver a fallar, libera al hombre mucho más lejos del alcance de su adicción. Cuando se trata de adicción a la pornografía, entre mas alguien se aleje, mejores serán las posibilidades de escapar de sus garras para siempre.
Así como la Palabra de Dios prepara al hombre para enfrentarse a la tentación, es también el único antídoto para el hombre una vez que ha sido mordido por la serpiente de la lujuria. Dosis regulares de la Escritura son lo que verdaderamente necesita para fortalecerse espiritualmente y contrarrestar los efectos del veneno de la pornografía. “mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá” (Isaías 28:10). Cada palabra, verso y capitulo en el que el medita le sirve para fortalecerlo.




Los cristianos debemos hacer lo que este a nuestro alcance para evitar la “casa” de la adultera. Dos medidas prácticas que un hombre debe tomar pueden ser el uso de un filtro en su computador y controlar lo que ve en su televisión. De todas maneras, permanece el hecho de que vive en un mundo infectado de serpientes. En este mundo actual es casi inevitable que el hombre se enfrente a esta tentación en algún momento. El creyente sabio se prepara para ese día con la Palabra de Dios. Esta es la única “Espada del Espíritu” que puede cortarle la cabeza a la serpiente de la pornografía.

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