martes, 10 de septiembre de 2019

ATRAPADO EN MASTURBACION Y PORNOGRAFÍA, ¿EN BUSCA DE UNA CURA RÁPIDA?

Insensatez, locura y demencia son las palabras usadas en nuestro idioma español para traducir la palabra  "insanity". Una persona insensata es una persona que hace las mismas cosas una y otra vez, una y otra vez, esperando conseguir resultados diferentes. Esto es lo que pasa con una persona adicta a la masturbación y la pornografía. Lo hace una y otra vez pensando que en cualquier momento se puede detener, sin darse cuenta que entre más tiempo lo haga más gruesa se hace la cadena de la esclavitud y más difícil y más trabajoso le será obtener su libertad.

Lo que se requiere para romper el habito a  la masturbación y cualquier otro pecado en la vida del hombre es un genuino deseo por agradar a Dios y vivir una vida de integridad. Para ello no hay curas mágicas sino trabajo duro y persistente. Lo que has estado haciendo por mucho tiempo te va a costar esfuerzo, trabajo  y dedicación. Hay que hacer un esfuerzo y tomar decisiones en nuestra vida. El querer una cura rápida y milagrosa de nuestros pecados es algo muy normal que todos en algún momento queremos. Nos dedicamos a pecar y pasamos tiempo valioso de nuestra vida agradando a nuestras bajas pasiones y luego queremos que en un dos por tres Dios no arregle para continuar como si nada hubiese pasado.


Una persona que se ha masturbado por mucho tiempo ha generado una  serie de dinámicas y hábitos en su cuerpo y en su cerebro. Muchas de las personas que me escriben andan en la búsqueda de una cura rápida para su “problemita con el pecado”. Algunos incluso han tratado a través del exorcismo. Sé muy bien que Cristo rompe las cadenas, pero si tu eres cristiano y tienes a Cristo en tu vida entonces ya tienes dentro de ti al Espíritu Santo. La Luz y las tinieblas no pueden estar en el mismo lugar.  Entonces quizás valga la pena el considerar donde te encuentras en relación a tu salvación y donde esta Cristo en tu vida y si él es el Señor y Salvador personal de tu vida o no.

La biblia dice que el hombre de doble ánimo es inconstante en sus caminos, esto particularmente habla a mi vida pues durante mucho tiempo pensaba que podía masturbarme y ver pornografía y continuar viviendo como cristiano. Pero la biblia dice que quien practica el pecado es esclavo del pecado, la biblia nos dice que no tengamos dioses aparte del Dios viviente, que no hagamos ídolos ni nos postremos delante de ellos. La masturbación, la pornografía y cualquier tipo de pecado sexual como la fornicación, el adulterio, la homosexualidad, etc., son una clase de ídolo. Cuando le damos rienda suelta a las pasiones de la carne estamos diciéndole a Dios que es más importante lo creado que el Creador, le estamos robando a Dios el primer lugar en nuestras vidas y estamos haciendo de la sexualidad nuestro ídolo personal.

Sin embargo, Dios está interesado en construir nuestro carácter, y aunque sé que Dios puede curar milagrosamente a una persona que se masturba compulsivamente, no he visto a alguien que haya sido libre de sus adicciones sin hacer un verdadero trabajo y esfuerzo por vivir una vida que agrade a Dios.


Entonces, ¿qué debo hacer para romper las cadenas que me atrapan?

Vayamos a la fuente, a la Palabra de Dios para ver qué consejo nos da en nuestra lucha con el pecado:

 ARREPENTIMIENTO + CONFESIÓN +  APARTARSE


"El que oculta sus pecados no prosperará, 
pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia." (Proverbios 28:13)

Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—.  ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana! (Isaías 1:18).


Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. (1 Juan 1:9)

Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanadosLa oración del justo es poderosa y eficaz. (Santiago 5:16)


El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado;  tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. (Salmos 51:17)


Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. (Crónicas 7:14)


En estos textos Dios nos está llamando a:


En primer lugar al arrepentimiento. Arrepentirse significa sentir pesar y culpa por una acción realizada y dar un cambio de mente y un cambio de actitud. Así que para quien practica el pecado, un verdadero arrepentimiento no solo es dolerse por la acción sino apartarse de ella.

Inmediatamente al arrepentimiento viene la confesión. Por mucho tiempo yo le confesé mis pecados a Dios, pero sin un genuino arrepentimiento (ver definición en el párrafo anterior), pues continuaba volviendo al pecado, o como lo dice su Palabra: "el perro regresa a su vomito y la puerca lavada al barro". La Biblia nos dice que debemos no solo confesar nuestro pecado a Dios, sino que debemos confesarlo también a otros. Esta parte fue clave en el comienzo de mi sanidad y recuperación de la adicción. Cuando finalmente me atreví a confesarle a otros hermanos en la fe mis luchas con el pecado, cuando finalmente me quite la máscara de cristiano perfecto y les conté  de mi luchas con la pornografía y la masturbación, entonces empezaron a romperse las cadenas que me aprisionaban.  Este es el principio para rendir cuentas que se utiliza hoy día en muchos ministerios de recuperación. Debemos encontrar personas cristianas maduras a quien podamos confesarle nuestros pecados y a quienes les demos permiso para que nos digan la verdad sobre nuestras vidas.

Una de las estrategias del diablo es convencer a quien practica el pecado sexual que nadie más lo hace y que no se lo puede contar a nadie.

Como lo mencione hace unos instantes, el apartarse  del pecado viene unido al verdadero arrepentimiento. Quizás un asunto difícil es el entender que realmente no nos hemos arrepentido de nuestro pecado. Queremos que Dios nos ayude, pero queremos seguir pecando un poco más. Sería bueno que te cuestiones en este momento donde te encuentras en relación con tu pecado y en tu relación con Dios.
  
Solo no puedes vencer a este gigante. Dios nos está dando todas las armas y las estrategias para vencer al gigante del pecado y de la adicción,  pero, 
¿cuán dispuesto estas a trabajar en tu recuperación?

Diego Bedoya
Integridad Online


¿QUIERES MANTENER LA LIBERTAD SEXUAL?


Sin mantenimiento las cosas se deterioran. Lo mismo ocurre contigo. Un jardín que no es cuidado permanentemente se seca y le crece maleza. ¿Y que tal tu cuerpo? Es una gran máquina, pero no está naturalmente inclinada a mantenerse en forma. Si quieres evitar la obesidad, lucir desarreglado o tener mal olor, vas a tener que trabajar en ello, arreglar tu vestuario, ejercitarte y asearte diariamente. Lo mismo ocurre con casi todas las cosas – mascotas, finanzas, tu hogar. Sin una constante atención y mantenimiento, las cosas se deterioran.

Cada nuevo nivel de madurez que alcances será desafiado debido a que vivimos en un mundo caído, uno que tiene muy poca simpatía por tu compromiso a la pureza sexual. Esta es una de las razones por las cuales las tentaciones permanecen aún después del arrepentimiento, sin importar cuan sincero tu arrepentimiento haya sido.
Después del arrepentimiento hay usualmente un periodo de gran alegría, de una conciencia clara, de un sentido de libertad y de un nuevo optimismo. Sin embargo, tarde o temprano las tentaciones vuelven a aparecer y ahí es cuando debemos estar preparados para evitar volver a caer en los ciclos adictivos del pecado sexual.

“Por lo tanto, el que piense que está firme, tenga cuidado de no caer. Ustedes no han pasado por ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero pueden estar confiados en la fidelidad de Dios, que no dejará que la tentación sea más fuerte de lo que puedan resistir. Dios les mostrará la manera de resistir la tentación y escapar de ella.” (1 Corintios 10:12-13)

La integridad sexual es un estado de consistencia en el cual tus expresiones sexuales son consistentes con los estándares de Dios. ¿Quieres mantenerte alejado de tu pecado sexual? Entonces debes entender que tu integridad sexual es un acto constante de tu voluntad expresado a través de las decisiones que tomes cada día. Es así de sencillo. Cualquiera que hace un gran cambio en sus comportamientos sexuales debe enfrentarse frecuentemente a la reaparición de viejos hábitos, tiempos de desaliento y patrones de conducta que debe romper.

“¿No comprenden que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaremos un miembro de Cristo y lo uniremos a una prostituta? ¡Jamás!  ¿No saben que cuando un hombre se une a una prostituta se hace parte de ella y ella de él? Dios nos dice en las Escrituras que «los dos se vuelven una sola persona».  Pero cuando alguien se une al Señor, el Señor y esa persona se vuelven uno en el Espíritu. Por eso, precisamente, les digo que huyan de los pecados sexuales. Ningún otro tipo de pecado afecta al cuerpo como este. Cuando uno comete esos pecados, peca contra su propio cuerpo.  ¿No saben que el cuerpo es templo del Espíritu Santo, que Dios les dio, y que el Espíritu habita en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios nos compró a gran precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.” (1 Corintios 6:15-20)

Si tu has estado librando una batalla constante con comportamientos sexuales compulsivos, debes entender que el arrepentimiento por si mismo no es suficiente para detener tus hábitos, aunque el arrepentimiento es sumamente importante. Comportamientos sexuales compulsivos como la masturbación, la pornografía, encuentros sexuales furtivos, la fornicación, el homosexualismo, el voyerismo, etc. son cadenas que producen mucha vergüenza y remordimiento, haciéndolos terriblemente secretos y usualmente peligrosos. Estos comportamientos pueden destruir tu vida, tu ministerio, acabar con matrimonios, llevarte a la cárcel y producir una gran humillación.

Estos comportamientos sexuales se mantienen en secreto. Cuando estas viviendo alguno de ellos no estas dispuesto a discutirlo con nadie, así que tus amigos y tu familia no tienen la menor idea de lo que estas viviendo. Es una vida doble, donde mantienes una imagen normal publica más un secreto escondido por mucho tiempo. Si estas leyendo este articulo es probable que hayas descubierto tu “droga sexual” muy temprano en tu vida y te hayas convertido en adicto a ese comportamiento incorporándolo a tu vida cotidiana. Si esto es cierto para ti, estas llevando una carga muy pesada y es posible que no te hayas sentido bien contigo mismo en un largo periodo de tiempo y no tengas ni idea de cómo cambiar tus patrones de conducta.

Aun si te has arrepentido y has puesto un alto a ese comportamiento, debes haber entendido que las adicciones tienen un ciclo. No quiero decir que tu arrepentimiento no haya sido sincero, o que inevitablemente volverás a caer en tus viejas conductas. Lo que quiero que entiendas es que cualquier adicto necesita conseguir ayuda, porque las raíces que te llevaron a tu adicción necesitan ser resueltas antes de que la adicción pierda su poder sobre ti.

Deja que alguien entre en tu mundo de inmediato. Has desarrollado un mundo privado centrado alrededor de tu adicción y el secreto es lo que lo mantiene intacto. Rompe con la privacidad de tu mundo y encontraras que estarás menos inclinado a repetir tu comportamiento si sabes que alguien más está envuelto en la lucha contigo. Un profesional cristiano entrenado con experiencia en adicciones puede ser muy valioso para ti. Encuentra ayuda calificada. Con ella podrás entender las raíces de tu adicción y construir las defensas en contra de las acciones destructivas que has enfrentado por tanto tiempo.

“Hubo un tiempo en que yo rehusaba reconocer lo pecador que era. Pero era yo débil y miserable y gemía todo el día. Día y noche su mano pesaba sobre mí. Mi fuerza se evaporaba como agua en día de sol. Pero un día reconocí ante ti todos mis pecados y no traté de ocultarlos más. Dije para mí: «Se los voy a confesar al Señor». ¡Y tú me perdonaste! Toda mi culpa se esfumó.”        (Salmos 32:3-5)

También deberías buscar un grupo de apoyo -un grupo Cristo céntrico- que se reúna frecuentemente donde puedas tener un sitio seguro para hablar de tus sentimientos conflictivos mientras rompes con la adicción. “Celebremos la Recuperación” es un grupo que esta creciendo a nivel mundial y que brinda este espacio necesario para ti.

“Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos” (Santiago 5:16)

Finalmente, busca rendir cuentas a alguien. El rendir cuentas a alguien significa dejarlo entrar en tus luchas y mantenerlo informado de tu progreso. Es el entregar tu derecho a la privacidad por lo menos a una persona que tendrá el permiso para cuestionarte acerca de tus actividades diarias y animarte cuando estés luchando con la tentación. Puedes rechazar este principio de rendir cuentas pensando que es muy infantil o que es muy invasivo. Pero no te engañes a ti mismo, no puedes lidiar con tu comportamiento sexual compulsivo por ti mismo. Si fuera así lo hubieras hecho hace mucho tiempo atrás.

viernes, 18 de enero de 2019

QUITANDOTE LA MASCARA


RINDIENDO CUENTAS
UN DOLOROSO PASO, PERO NECESARIO PARA LA LIBERTAD

Te ha pasado que confiesas tu pecado a Dios y ruegas por libertad -creyendo que eso te dará la victoria- solo para volver a caer nuevamente en un corto periodo de tiempo. Yo viví en este ciclo de frustración por años, sin poder encontrar la verdadera libertad.

Aunque hay varios factores envueltos en alcanzar la libertad de la adicción sexual, hay uno que es un factor necesario en el proceso del arrepentimiento. No podrás descubrir la libertad verdadera hasta que estés dispuesto a exponer tu pecado a la luz de otro ser humano.

Por años yo trate de encontrar la libertad de mi adicción en secreto. Creía que Dios me ayudaría a ser libre, y que podría evitar el dolor garantizado de revelar mi lucha secreta con la pornografía y el pecado sexual. Yo justificaba mi silencio y mantenía mi lucha en secreto, convenciéndome a mi mismo de que era mejor que solo Dios y yo resolviéramos este asunto, para evitar el dolor que le causaría a otros. Le llore a Dios innumerable veces. Pero sin importar cuan genuino yo creyera que era mi arrepentimiento, la recaída una y otra vez en el pecado eran una evidencia de que algo hacía falta.

El pensar que tienes que confesar a otro ser humano tu lucha con el pecado sexual puede ser abrumador. Recuerdo pensar que si le pudiese contar a otra persona podría finalmente ser libre de esa pesadilla, pero mi lista de razones para no contarle a alguien me impedían hacerlo. Mis excusas no eran completamente infundadas. Mi confesión podría lastimar a mi familia, mi ministerio y mi reputación. Yo era consciente de que tendría que enfrentar dolorosas consecuencias. Pero entre mas tiempo mantuviese mi pecado en secreto, más difícil parecía el poder hacerlo. Razón tenía el salmista cuando escribió “Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día” (Salmos 32:3). Si hubiese expuesto mi pecado a la luz desde el principio me hubiera salvado de años de esclavitud sexual y me hubiese evitado lastimar a aquellos que supuestamente estaba protegiendo.

Cuando me escriben preguntándome por concejos prácticos para poder ser libres de la adicción a la pornografía, la masturbación, el adulterio, la fornicación, la homosexualidad, o cualquier otra clase de pecado sexual, usualmente comienzo por aquí. Un verdadero arrepentimiento comienza trayendo nuestro pecado hacia la luz. Esto no significa que tienes que publicar tu pecado en Instagram o en Facebook, no tienes que contárselo a todo el mundo. Dependiendo de la profundidad de nuestro pecado y nuestra posición de influencia, la cantidad de personas que necesitamos envolver puede variar. Como mínimo, el pecado sexual debe ser confesado a un amigo de confianza, un pariente, un hermano en la fe, un mentor, un consejero, a tu pastor, o a tu cónyuge.

Por naturaleza, el pecado crece en la oscuridad. La mejor forma de mantenerte atado al pecado es manteniéndolo en secreto. Santiago 5:16 dice que “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados…” (énfasis añadido). Muchos de los que me escriben pidiendo ayuda se rinden cuando les digo que tienen que confesarle a alguien su pecado. Espero que al leer estas palabras puedas entender que encontrar tu libertad sin contarle a alguien no es una opción.

Confesar será doloroso. Habrá consecuencias con las cuales tendrás que enfrentarte. Pero cuando estés pasando por todo esto piensa en la libertad que hay al otro lado de la confesión. Dios puede hacer muchas cosas una vez que estés dispuesto a confesar, a rendir cuentas de tu vida secreta a otra persona. A pesar de las circunstancias difíciles que puedan presentarse en el proceso, los resultados finales harán que valga la pena el dolor momentáneo. El diablo tratará de hacer que la gente se enfoque en las repercusiones negativas y las usará para mantenerlos atados a su pecado. Pero si tan solo pudieran vivir el gozo de vivir en libertad del pecado sexual y el tener una conciencia limpia delante de Dios, podrían rápidamente traer sus pecados a la luz y pagar el precio que sea necesario.
Si estas leyendo estas palabras y estas atrapado en el secreto de tu pecado, permíteme preguntarte: ¿Cuántos años más quieres perder en tu pecado? ¿Cuánto más dolor le vas a causar a aquellos que amas al reusarte a permitirle a Dios que trabaje en tu corazón?

Juan 3:19-21 dice “Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios”

Hay dos clases de personas en este pasaje: aquellos que se niegan a acercarse a la luz por miedo a ser expuestos, y aquellos que voluntariamente se acercan a la luz para vivir en libertad. ¿Cuál de ellos serás tú? ¡La decision es tuya!

Hablemos.

Diego Bedoya,
Integridad Online
Articulo basado en diferentes publicaciones del ministerio Pure Life en ingles.