La pornografía se ha convertido en una de las fuerzas más destructivas de nuestra cultura actual. Nunca ha sido tan generalizada... y nunca ha sido tan fácil de encontrar.
Lo que podríamos llamar "pornografía dura", las imágenes más explícitas, videos, o las descripciones del comportamiento erótico, ha crecido rápidamente durante las últimas dos décadas. En el pasado, la pornografía sólo estaba disponible en las tiendas o a través del correo. Pero la industria de la pornografía es a menudo la primera en aprovechar la tecnología de nuevos medios de comunicación, y ahora con televisión por cable, DVD, teléfonos celulares, iPods, y en particular Internet, es más fácil que nunca encontrar, y más difícil de resistir.
La pornografía en Internet se ha ganado la reputación de ser el crack de la adicción sexual. "Funciona tan rápido y es tan intensa al instante", dice el doctor Robert Weiss, del Instituto de Recuperación Sexual de Los Ángeles. "Estamos viendo a toda una población de clientes que nunca han tenido una historia con el problema, pero por primera vez, están comenzando una actividad determinada y quedan atrapados."
Jesús dijo en Mateo 6:22-23, "El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutara de la luz. Pero si tu visión esta nublada, todo tu ser estará en oscuridad”. Esta es una descripción perfecta de lo que ocurre cuando eliges ver material pornográfico que trae la oscuridad a tu ser.
La pornografía toma algo que es hermoso cuando ocurre entre un hombre y una mujer casados y hace que sea sucio. Dios creó el acto de unión sexual como un regalo especial para el esposo y la esposa. Es una celebración del amor que fortalece el matrimonio y construye la unidad.
Pero la pornografía tuerce y pervierte la belleza y el diseño bíblico de la creación de Dios. La obsesión por el placer sensual se convierte en una droga tan poderosa que destruye todo lo que es importante en el resto de sus vidas. Lleva a los hombres y las mujeres a buscar el uno al otro nada más que como objetos sexuales. Los lleva a fantasear acerca de relaciones sexuales con otras personas, y eso es un terrible golpe a su compromiso matrimonial.
El pecado puede ser atractivo, y puede traer placer temporal, pero al final te destruirá. Santiago 1:14-15 dice: "Pero cada uno es tentado, cuando es arrastrado y seducido por su propia lujuria. Luego, cuando la lujuria se ha concebido, da a luz el pecado, y cuando se lleva a cabo el pecado, engendra la muerte". A veces la pornografía es descrita como un "crimen sin víctimas", pero en realidad tú eres una víctima, tu esposa es una víctima, y tu matrimonio es una víctima.
ROMPIENDO LAS CADENAS QUE TE ATRAPAN
Si deseas acabar con el pecado sexual y la lujuria alimentada por la pornografía, lo primero que tienes que entender es que no puedes hacerlo en tus propias fuerzas. Necesitas la presencia de Dios en tu vida. De hecho, si nunca has entendido lo que significa ser cristiano, y cómo puedes conocer a Dios personalmente, por favor visita la página http://www.jesucristo2020.com/ o mira el video. Será la decisión más importante de tu vida.
Si sabes que Cristo vive dentro de ti, aquí hay algunos pasos sugeridos para hacerle frente a la trampa de la pornografía:
Cuando tratas de mantener en secreto tal pecado, tu espíritu estará cada vez mas confundido. El Salmo 32:3-4 dice: “Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día. Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano”. David comprendió que no podía continuar hasta que confesó su pecado a Dios:
“Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al SEÑOR; y tú perdonaste la culpa de mi pecado”. (Salmo 32:5).
Por un lado, la confesión es simplemente ponerte de acuerdo con Dios acerca del pecado en tu vida. Jesús dijo en Mateo 5:28, "cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón". Cuando miras esas fotos o imágenes para estimularte sexualmente, estás cometiendo adulterio en tu corazón. Al confesar al Señor, simplemente puedes decir: "Sí, yo estaba codiciando y deseando a esa mujer. He pecado contra ti, Padre".
Tu puedes estar pensando: "Yo he hecho eso, pero nada cambió." Eso es porque, cuando uno se enfrenta a un pecado muy arraigado como lo es este -uno que ha involucrado numerosas malas decisiones durante un período de tiempo-, la confesión debe venir con un corazón quebrantado que muestre que estás arrepentido, dispuesto a alejarte de tu pecado. Arrepentimiento significa "dar la vuelta". Cuando tienes un hábito de pecado en tu vida, es como subirte a un automóvil y conducir lejos de Dios. Cuando te arrepientes, dejas de alejarte de Dios y das la vuelta para buscarle a él, y a través de su poder empezar a avanzar de nuevo hacia él.
El arrepentimiento es un dolor que proviene del darte cuenta de que has ofendido la santidad de Dios. Debes estar dispuesto a apartarte de tu pecado y caminar hacia la vida que Dios quiere para ti. Si vas a enfrentar tu pecado con éxito, el arrepentimiento es esencial.
¿Qué hace Dios cuando vienes a él con una actitud de quebrantamiento y arrepentimiento? Él ofrece perdón y limpieza. 1 Juan 1:9 nos dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." Puede que no seas liberado del deseo de cometer este pecado de nuevo, pero puedes ser liberado del aplastante peso de la culpa y la vergüenza.
En algún momento, también tendrás que confesar a tu esposa. No debes decirle todos los sórdidos detalles de tu pecado y tu inclinación por la pornografía. Pero si no confiesas tus pecados a ella y le pides perdón, el aire nunca estará claro entre ustedes y su relación no va a crecer y prosperar como podría.
Puedes estar pensando, "yo jamás podría compartir estas cosas con mi esposa". Será lo más difícil que jamás hayas hecho y una de las más valientes. Steven Fetrow escribe: "La confesión puede dar lugar a un período de profundo dolor y decepción, pero sin una declaración total, el matrimonio no puede ser auténtico y nunca se convertirá en el tipo de relación que Dios desea para nosotros."
NINGUNA PROVISIÓN PARA LOS DESEOS DE LA CARNE
En Romanos 13:14 Pablo nos dice: "Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa." Después de haber reconocido tu pecado de lujuria, y admitido tu debilidad, es necesario diseñar una estrategia para reducir la tentación de la pornografía.
No sólo es necesario eliminar todo rastro de la pornografía de tu casa y de tu oficina, pero también debes tomar medidas concretas para poner barreras entre ti y cualquier otra fuente. Si las revistas o libros son una tentación, mantente alejado de las tiendas donde venden pornografía. Si has estado viendo películas eróticas en la televisión por cable o por satélite, reduce tu servicio para eliminar los canales ofensivos... o elimina totalmente el servicio en caso de que sea necesario. Cuando estés de viaje alójate en hoteles que puedan bloquear o desactivar el pay-per-view en las habitaciones. Pide al encargado de la recepción que haga esto antes de entrar en tu habitación.
Si estás involucrado en pornografía a través del Internet, puede que tengas que cambiar tu proveedor de servicios de Internet, tu dirección de correo electrónico, e incluso tu tarjeta de crédito para que los sitios porno no puedan contactarte. Un programa que filtre la información que puedes ver en el Internet puede ser de mucha ayuda.
Mueve tu equipo a un área abierta de la casa. Diles a tu esposa e hijos que pueden venir a preguntarte lo que estás haciendo en el computador en cualquier momento que deseen. También puedes enseñar a alguien en tu casa como revisar el historial de tu navegador de Internet.
No importa lo que hagas, no podrás evitar ver imágenes sensuales del todo. Cuando te encuentres mirando algo involuntariamente, sigue el consejo de 2 Timoteo 2:22 de "huir de las pasiones juveniles." Se debe huir de la pornografía como si se estuviera huyendo de un perro rabioso.
ENCUENTRA UN SOCIO RINDE-CUENTAS
Necesitaras un hombre piadoso que camine contigo a través de esta batalla por tu integridad. Salomón escribió en Eclesiastés 4:9-10: "Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!". Librar una batalla es más fácil cuando tienes un amigo verdadero al que le has contado tus luchas y le has dado permiso para decirte la verdad sobre tu condición. No tienes que luchar en la soledad!
Rendir cuentas es un principio bíblico que nos dice: "Someteos unos a otros en el temor de Dios" (Efesios 5:21). Esto significa que tú decides presentar su vida al escrutinio de otra persona a fin de obtener la fuerza espiritual, el crecimiento y el balance.
Si no hablas primero con tu pastor, te recomiendo que lo hagas inmediatamente después de hacer tu confesión abierta al Señor. Él es responsable de orar por ti y de enseñarte la verdad de Dios. Si él es el hombre de Dios que debe ser, el estará gustoso de orar contigo y por ti, y te exhortará en tu crecimiento espiritual.
Dile a tu socio rinde-cuentas que te cuestione en cualquier momento, día o noche, sobre lo que has estado haciendo en el computador. Dile que te pregunte lo que viste en televisión o cine mientras estabas de viaje. Llama a tu esposa cada noche desde la habitación del hotel.CONSTRUYE LA VERDAD BÍBLICA EN TU VIDA
Si has estado llenando su mente con imágenes pornográficas, es probable que no hayas estado pasando mucho tiempo leyendo la Palabra de Dios. Empieza a pasar tiempo cada día leyendo la Biblia, capítulo por capítulo. Comienza con un libro que te guste leer, el Evangelio de Juan o el evangelio de Mateo, o incluso el Génesis. Exponte a ti mismo a grandes porciones de la Palabra de Dios.
Te animo también a leer un capítulo de los Salmos y un capítulo de Proverbios cada mañana antes de comenzar tu jornada de trabajo. Después de leer los Salmos y Proverbios, pasa diez minutos o más en oración. Si encuentras un versículo en particular que te ministra, utilízalo en tu oración cuando le pidas al Señor que te fortalezca y proteja a lo largo del día. Establece un tiempo y un lugar para leer estos dos capítulos y pasar tiempo en oración cada día. Si no estás seguro de cómo empezar, pregúntale a tu pastor o un amigo cristiano piadoso para hablar contigo acerca de ello. Puede que no te sientas cómodo las primeras veces, pero Dios no juzga tu oración. Él sólo está interesado en reunirse contigo, uno a uno.
Trata de involucrarte en un estudio Bíblico con otros caballeros de tu iglesia. Si tienes la oportunidad, trata de asistir a un retiro para caballeros o a un encuentro matrimonial con tu esposa. Quizás tengas que buscar fuera de tu propia iglesia para encontrar más oportunidades que te ayuden a construir la verdad en tu vida. Recuerda que estas luchando por tu vida y la de tu familia, así que no tengas miedo de buscar más allá de tu esfera normal de actividad.
COMIENZA A RECONSTRUIR TU MATRIMONIO
Tu esposa puede no ser capaz de responder abiertamente al principio. Ella necesita tiempo para sanar. Pero una cosa que puedes empezar a hacer ahora es orar con ella. Puede ser embarazoso, puedes sentirte incómodo, o incluso puede ser aterrador, pero hazlo de todos modos. Tu esposa necesita escucharte orar y necesita escucharte orar por ella. La oración acerca a tu esposa hacia ti.
Dios honrará cada pequeño paso de obediencia que tomes. Él tiene el poder de cambiar tu corazón... para ayudarte a experimentar la alegría de un corazón limpio... para lavar tu pecado, la culpa y la vergüenza... y para ayudarte a experimentar la unidad de nuevo con tu esposa.