Pongámoslo de esta forma, preferirías que nadie supiera del
problema que tienes. Tener una adicción a la pornografía es algo que usualmente
nadie anuncia públicamente (o incluso admite a sí mismo). Es por eso que la
adicción a la pornografía es llamada “el pecado secreto”, y la mayoría de las
personas lo mantienen en secreto. Yo lo sé porque por muchos años lo mantuve en
secreto.
Nunca quise que nadie se enterara, y las razones eran una
mezcla de orgullo y miedo. No quería que la gente me viera de forma diferente.
Tenía miedo de lo que pudieran pensar. Tenía miedo de perder a mis amistades.
Tenía una imagen que mantener, una imagen que yo quería que la gente tuviera de
mi, y si ellos hubiesen sabido lo que realmente ocurría conmigo en mi interior,
creo que ellos hubieran cambiado.
Los hombres necesitamos
cada onza de fuerza disponible para luchar contra el poder seductor de la
pornografía. Una actitud tranquila y relajada al respecto puede ser mortal. La
pornografía no es algo trivial. No es un rito en el que el muchacho se
convierte en hombre o una actividad aceptable para mostrar la verdadera
masculinidad. La pornografía es un pecado que arruina nuestras relaciones con
Dios y con el resto de la humanidad. Hace casi 2000 años
Santiago escribió estas palabras: "Luego, cuando el deseo ha concebido,
engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la
muerte" (Santiago 1:15).
Si realmente quieres cambiar, tienes que superar el orgullo
y el miedo que te detienen para buscar ayuda de otros. Por supuesto que hay
algunos a quienes no les importa cambiar y no desean dar este paso, pero si tu
realmente quieres romper la adicción, entonces las apariencias ante otros no
debe ser tu prioridad. Es mucho más que apariencias, se trata de VIVIR, de vivir la vida que Dios quiere que
vivas, en libertad, con alegría de vivir y con autenticidad. Dios quiere que
seamos capaces mantener una relación cercana y amorosa con él y con otras
personas. ¿Cuándo fue la última vez sentiste que podías ser sincero con Dios,
con tus amigos y con tu familia?
¿Qué sentido tiene vivir de apariencias? ¿Lucir de una forma
ante tus amistades y la gente que te rodea, y al mismo tiempo ser completamente
diferente en tu interior? Si. Es cierto, quizás podamos engañar a la gente por
algún tiempo, pero al final, somos nosotros los que perdemos.
Al final del día tienes que preguntarte que es más
importante para ti. ¿Es tu apariencia? ¿Es la imagen que tratas de mantener? ¿O
es el cambio verdadero y una vida plena?
La pornografía te lleva a hacer cosas que nunca pensaste qué
harías. El pecado te lleva más allá de donde quieres ir. Te mantiene más tiempo
del que quieres estar y te cuesta más de lo que quieres pagar.
En este ministerio de Integridad Online estamos dispuestos a
ayudarte y escucharte. Queremos que tomes los pasos necesarios para romper el
ciclo adictivo de la pornografía y el pecado sexual. Ofrecemos consejería
gratuita y un curso a través del Internet que te ayudará a romper tu adicción.
No hay cadena que Jesucristo no pueda romper. Escríbenos un correo privado y
confidencial a integridadonline@gmail.com
Diego Bedoya